Parte cincuenta

24 4 0
                                    

No me atreví a moverme a pesar de haber despertado hace bastante, pero me sentía tan segura envuelta en sus brazos, tanto que podría quedarme así toda la vida, aunque no sabía si teníamos tanto tiempo. Quería quedarme todo el tiempo posible, porque sabía todo lo que me esperaba una vez que me levantara de la cama, debía asistir a una reunión con la junta del Daylight, que Sam no había podido atrasar más, ademas luego tendría que ir al juzgado, que debía ser el último lugar al que quería ir. Sabía que todo estaba apunto de terminar, que no podía acobardarme ahora pero me asustaba todo lo que me esperaba.

—Deberíamos levantarnos.

Me estaba acostumbrando a esa voz ronca en la mañana, tan soñolienta que me parecía divertida.

—No.

—Se que no quieres hacerlo pero, entre más rápido lo hagas más rápido saldrás de esto, se que no pudiste dormir en toda la noche.

Me aleje de él asombrada, yo no había podido dormir en toda la noche en cambio, él no había abierto los ojos en ningún momento.

—La respuesta a tu pregunta es fácil, no dejaste de susurrar o más bien balbucear cosas, en toda la noche así que no pude dormir, no sabiendo que estabas mal.

—Debí haber cambiado de habitación, lo siento.

—No lo sientas, yo no te habría dejado — Evan se puso de pie sujetándome de las manos, para arrastrarme fuera de la cama — ahora vamos tienes que salir de aquí.

—Lo que tú digas.

—Charlie, solo quiero que olvides todo lo qué pasó y vuelvas a escribir, que vuelvas a ser feliz.

—Soy muy feliz, gracias a ti.

—Me iré antes de que me dé un ataque al corazón, no bajes hasta que estés lista para irte.

Evan salió corriendo de la habitación con una sonrisa en el rostro, minutos después hice exactamente lo que él me había pedido, me quede un tiempo bajo la ducha, luego busque el mejor traje que tenía para vestir apropiada y vaya que ahora tenía muchos. No tardé demasiado en alistarme pero no fui capaz de desayunar, aunque la comida luciera deliciosa, ni siquiera me atreví a probarla por que lo último que necesitaba, era vomitar en cuanto viera a Connor. Sentía el estómago vacío con cada centímetro más cerca del Daylight, era como si estuviera apunto de hacer mi entrevista, de pronto esos cuatro años habían pasado en un abrir y cerrar de ojos, que ni siquiera había sido capaz de llorarlos.
El auto se detuvo justo al frente, sujete el cinturón con fuerza entre mis manos, Evan trató de buscar mi mirada cuando me toco el hombro, me aseguro que todo estaría bien, que no tenía de que preocuparme, de no haber sido por sus palabras yo no habría bajado de ese auto.
Comencé a recodar lo que era caminar, un paso después del otro hasta el ascensor, presioné mi viejo piso y el camino hasta el fue eterno. Espere hasta que las puertas se abrieran en su totalidad, mire a mi alrededor a la oficina que parecía estar en ruinas, desde todo este caos no habían sido capaces de escribir una columna, sin ser atacados por mi culpa.

—Charlie.

Me detuve en cuanto vi a Sam al otro lado del pasillo, de pronto recordé sus palabras anoche. Debía actuar como si nada hubiera pasado, como si esas palabras se hubieran esfumado en el aire.

—Te estamos esperando, sígueme.

¿Como hacia para actuar tan normal? así fue como lo había hecho todo este tiempo, sin darme cuenta. Lo seguí hasta la sala de juntas, al entrar reconocí un par de rostros que había visto en algunas fiestas, pero no era capaz de recordar sus nombres, a pesar de ser accionistas Stella había dicho: "no trates de memorizar sus nombres no son importantes, solo trata de recordar los números en sus cuentas bancarias". Stella jamás había visto realmente a las personas, solo los veía como dinero y oportunidades.

Eres tú otra vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora