Ya casi estaba dormida cuando una luminosidad y el sonido de una vibración me avivaron totalmente, miré mi celular, era una llamada entrante, Fran también se incorporó. Juntos leímos achinando los ojos por el brillo "Número desconocido", decidí atender porque después de todo así había conocido a la persona que ahora estaba a mi lado. "¿Hola?" nadie respondió, repetí el saludo, tampoco obtuve respuesta. Alguien estaba del otro lado, podía escuchar la suave y muy disimulada respiración, podía escuchar el vacío del exterior, me recorrió una mala sensación y corté. "Seguro un número equivocado" dijo Fran, "es probable" respondí yo y nuevamente nos acostamos a dormir.
A eso de las tres de la madrugada nuevamente sonó el teléfono, parecía la misma llamada, el número también era desconocido, esta vez Fran despertó primero que yo, me dijo que tal vez era mejor que no atienda, y a mi me pareció una buena idea, esperé a que dejara de sonar y bloqueé el número para no recibir más llamadas. Esa vez me costó más dormirme, me consumía la duda y la paranoia, pensé en que podrían ser los chicos del curso haciendo algún tipo de broma molesta y me tranquilicé, sin darme cuenta al cabo de unos minutos me quedé dormida.
Al parecer las horas fueron pasando, y a las seis en punto mi celular sonaba nuevamente, esta vez un número figuraba, imaginé que sería algún profesor o algo proveniente de la escuela, y sin dudarlo atendí rápidamente. En ningún momento pasó por mi cabeza que era totalmente ilógico recibir llamadas de una institución antes de las siete y media de la mañana.
Cuando agarré el teléfono mi novio despertó, no dijo nada, yo dije "¿Sí, quién habla?" en ese entonces no escuchaba una respiración, era un sonido distinto, tampoco era una voz, parecían una especie de susurros irritantes, algo así como una pronunciación muy forzada, muy parecida a cuando uno siente un dolor de garganta muy fuerte e intenta hablar. ¿Pero qué o quién era? Sin pensarlo demasiado corté, bloqueé ese nuevo número y me dispuse apagar el celular.
Estaba a punto de apagarlo hasta que vi que tenía 3 nuevos mensajes de números distintos, todos decían lo mismo "No hay caso, bloquea todos los que quieras". El miedo me recorría, nuevamente estaba paralizada, tiré mi celular al suelo y comencé a llorar, por el ruido todos despertaron y vinieron rápidamente a mi habitación. Después de una hora y media sentados en la cama charlando e intentando calmarme pude volver a sentir sueño, ya casi era hora de levantarme, pero no quería hacerlo. Miré a mis padres, a Fran y a mi hermano, me miraban con amor, ahí me sentía segura, cerré mis ojos y me dormí.
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La Última Cabalgata.
Genç KurguLa historia de Clara, una joven que a causa de quince días totalmente libres podrá experimentar nuevas sensaciones, tendrá un encuentro con ella misma y su entorno. Pero no sabrá que el enemigo la sigue, y que en cualquier momento deberá escapar. Si...