[Libro 1]
"Él la miró, sabiendo con certeza que se estaba enamorando. Él la acercó y a beso bajo una manta de estrellas, preguntándose cómo demonios había tenido la suerte de encontrarla"
Dara es una chica que un día como cualquier otro conoce a Dan...
A veces me pongo a pensar que quizás para amar, en lugar de agarra tenía que soltar.
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Dara.
Había apreciado el mejor amanecer de todos los tiempos hace exactamente dos días, después de eso la rutina era la siguiente el que despertara primero se duchaba primero, desayunábamos, comíamos y cenábamos en el comedor con toda la familia, hablaba por videollamada todas las noches con las chicas que se divertían demasiado en los Cabos.
A veces quería ir en grupo con todos al pueblo pero prefería quedarse jugando o leyendo en la casa. Solo faltan dos noches más y esto acaba.
Estaba en el balcón junto con Osmar, Santiago y Natalia que hoy llego terminando de comer nuestro postre, estoy aquí porque Dante dijo que se iba a bañar por lo cual quise darle privacidad.
Me pongo de pie, a ellos no les parece importarles ya que tienen mucho de que hablar como para darse cuenta de mi presencia.
Voy rumbo al cuarto, pero me detengo porque lo más seguro es que Dante este saliendo de bañarse, realmente muero de sueño esa cena no se que tenia que me dio un sueño tremendo.
—¡Hello! —me volteo hacia la voz, atrás de mi recargado en la puerta de su habitación Luis, la primera vez que lo vi fue en una estado de Charlie por eso se me hacia conocido, si era guapo en fotos en persona era lo mas bello del mundo.
Tiene un cuerpo perfectamente esculpido por los dioses, tus rasgos finos como los de un ángel, sus delicados ojos color grises, y unos labios rosados. ¿Qué comes Luis para cargarte ese cuerpo?
Para terminarla de matar era primo de Dante.
—¿Qué haces? —me pregunto con una voz tan cautivadora.
—Espero a que Dante salga.
Había tomado mi distancia de él, para evitar peleas con Dante.
—¿Quieres esperar en mi cuarto?
Su pregunta me tomo por sorpresa. Pero lo que me toma mas por sorpresa es como Dante abre la puerta rápidamente y me jala hacia adentro de la habitación.
—¡Aléjate de Luis!
Reclama, abro los ojos en par en par, solo tenia la toalla alrededor de su cintura. Me doy la vuelta mirando a la pared.
—Otra vez Dante. —me quejé. —¡Que manipulador!
—Mírame cuando me hables. —ordeno, negué con la cabeza. —No estoy desnudo. —me hizo saber.
—Pues no sé, si, estás desnudo porque no te estoy mirando. —dije con la mirada fija en la pared.
—Bueno, entonces me voy a cambiar. —siento como me arroja la toalla, que cae en mi espalda, de la nada siento su respiración en mi cuello. —No te quiero cerca de otro hombre, que no sea yo.
