Casa del terror☠️ (inspirado en el headcannon de arriba)
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—Por última vez Horacio, no pienso ir a una de esas casas—su pareja podía ser muy insistente algunas veces.
Desde hacía unos días, Horacio se había enterado que abrirían una nueva casa del terror en la ciudad justo en la noche de Halloween, obviamente el de cresta no se había quedado atrás y sin siquiera preguntarle a su pareja, había sacado dos entradas para ese mismo fin de semana.
El problema?, simple. Viktor Volkov, el comisario más serio, firo y profecional de la ciudad, la mano derecha de Conway y el segundo al mando de la comisaría, le daban terror esos lugares. Podía parecer una broma de mal gusto, pero desde pequeño y gracias a su padre, había desarrollado un miedo a esos lugares.
Siempre que su padre llegaba un poco tomado a su casa, pero no lo suficiente como para hacerles daño, contaba mil y una historias de cualquier cosa, dramáticas, alegres, chistosas y de terror. Un día, llegó con una historia de una casa muy similar a en la que ellos vivían en esos momentos la cual estaba embrujada y había un terrorífico tantas a ruso que asechaba cada una de las habitaciones.
Desde ese entonces, se había guardado esesecretito consigo durante mucho tiempo, pensando que el miedo de la niñez se había esfumado al no tener contacto con alguno de esos lugares, pero al un día llegar a su casa y escuchar a Horacio hablar de que uno de esos lugares abriría dentro de poco, supo que su miedo no se había ido.
—Por favor Vik, es solo una vez al año— insistió el de cresta amarilla entrelazando sus manos mientras apoyaba sus codos en el colchón de la cama que ambos compartían, estaban en la habitación del ruso, este con su móvil recostado sobre el respaldo de la cama y Horacio boca abajo rogándole al ruso.
Viktor ya no sabía cómo decirle, no podía revelarle que uno de sus mayores miedos era una estúpida casa con temática de Halloween, arruinaría tos la reputación que le había costado tanto construir, además, Horacio seguro se re iría de él. Busco alguna otra solución en su cabeza mientras finjia ver alguna red social en su móvil pero rápidamente se rindió cuando vio de reojo la cara de perrito mojado que le hacía su adorable novio, era muy persuacibo cuando quería.
—Joder, esta bien—dijo suspirando tratando de finjir seriedad y enfado en sus palabras, rápidamente el de cresta se apoyo sobre sus manos para inclinarse y comenzar a besar toda la cara del peliplata en forma de agradecimiento.
—te prometo que será divertido, ruso miedosin— bromeó acurrucandose en su pecho una vez terminado de besar toda la cara de su novio, Volkov solo llevó su mano a la cabeza de su chico para acariciar su cresta amarilla con delicadeza mientras se mentalisaba de lo que pasaría.
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"No hemos llegado y ya me estoy arrepintiendo" pensó Volkov al ver a la gran cantidad de gente esperando para entrar al lugar.
Si bien el ya no era fanático de las grandes multitudes, eso mezclado con que estaba por entrar a una casa embrujada junto a su novio, el cual no paraba de moverse emocionado como un niño pequeño, le ponía de los nervios.
Inmediatamente, apenas entraron al lugar comenzaron a caminar uno bien pegado al otro para no perderse, aunque Horacio era el más emocionado por recorrer todo. Cuando terminaron de pasar un pasillo totalmente negro entraron a uno con luces neón de colores naranjas, negros y rojos, con paredes pintadas en un patrón de rayas del mismo color causando una impresión de movimiento en las paredes, Horacio bastante asombrado por la decoración vio como en el techo estaba repleto d e telarañas falsas que casi llegaban a tocar la cabeza de Volkov al ser tan alto.
Luego de atravesar ese psicodelico pasillo, llegaron a una sala un poco más espaciosa la cual estaba decorada con un poco menos de luz, siendo alumbrado solo por velas, teniendo un camino de calaveras con velas al cual seguir, cuando pasaron justo al lado de un pentagrama dibujado en el suelo, una risa macabra sonó por toda la habitación, por impulso, Volkov sacó su mano derecha de su bolsillo y tomó la de Horacio con firmeza, esperaba que el de cresta pensaste que era para protegerlo y no por que se había asustado. Pero al contrario Horacio entrelaza sus dedos y salieron de esa habitación entre risas nerviosas al volver a escuchar la risa.
En ningún momento volvieron a soltarse la mano, Horacio no le reclamo nada y Volkov tampoco dijo nada, solo se mantuvieron tranquilos y seguros en el agarre firme de sus dedos entrelazados bajo las bellas estrellas de la noche de Halloween.
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