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La gran noche de halloween estaba cerca y por primera vez, los rangos mayores de comisaría lo celebrarian con una pequeña fiesta.
Horacio y Gustabo habían estado hablando todo el mes de todas y cada sus anécdotas de halloween, contando como en algunos de los orfanatos en los que estuvieron de pequeños celebraban la terrorífica noche, como se escapaban de sus habitaciones para asustar a los demás huérfanos o para ir a robar algún dulce, como la encargada siempre los tenía a ambos vigilados para que no causarán alguna locura. Habían hablado tanto de sus épocas de niñez que ambos inspectores jefe crearon un gran ambiente de halloween en la comisaría, tanto al punto de que el gran Superintendente aceptará hacer una pequeña fiestesilla para celebrar las épocas.
Lo malo?, ninguno de los agentes quería poner algún lugar para la fiesta, no podían selebrar en uno de los bares de la ciudad, sabían que muchas mafias se esconden detrás de esos lugares y no querían buscar problemas esa noche, por lo que la fiesta tendría que ser organizada en una de las casas de los agentes, y Conway, al ver que nadie se ofrecía, mandó a Volkov al frente. Ya habían tenido un par de juntadas en el departamento del ruso, pero nunca una fiesta, lo raro era que el ruso se había negado completamente, pues lo que nadie sabía era que Viktor ocultaba un gran y peligroso secreto.
Desde décadas, la mayoría de hombres y alguna que otra fémina de la familia Volkov ocultaban sus verdaderos genes y abilidades extraños, los antepasados del ruso tenían sincronía con los hombres lobo, sonaba a locura, pero, antiguamente, en Rusia eran muy creyentes de estas míticas criaturas humanoides las cuales sólo salen de noche o en ocasiones extremadamente especiales, como lo es la luna llena. Viktor Volkov era casi la última generación de la manada de sus bisabuelos, ya que no quedaba casi ningún rastro de sus hermanos o hermanas, y lo poco que le habían enseñado sus abuelos era a como ocultarse a la luz del día, el resto de la historia lo tuvo que sacar de las antiguas escrituras de su biblioteca traída de su antiguo hogar.
Se había mantenido escondido durante muchos años, cumpliendo con su misión de mantener protegida a su raza, pero esa fiesta de halloween pondría en peligro todo el esfuerzo que había hecho, por que casualmente en su calendario, marcaba como la noche del 31 luna llena. Paso toda la semana tratando de buscar otra alternativa para que el festejo no se realizará en su hogar, pero su superior había amenazado con degradar lo a alumno en pruebas y Horacio le había puesto ojitos de cachorro, y muy en el fondo, había accedido solo por lo ultimo.
Así que ahí se encontraba, escondiendo todo rastro de su segunda vida en cajas de cartón que irían escondidas en su habitación, con los nervios a tope gracias a que cuando la luna llegase a su punto más alto, no podría resistirse mucho más. Solo esperaba que la fiesta allá terminado para ese momento.
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