La sensación de malestar en mi pecho era tan sofocante que llorar no me generaba alivio alguno. Ahora me encuentro echada en la cama, con la cabeza enterrada en la almohada, deseando desaparecer.
Dejé en el centro comercial a Travis y Dennis, mandando un mensaje rápido a esta ultima, explicando que había surgido una urgencia y que me fui a casa. Ella todavía no me contestó, seguramente molesta conmigo. Y tiene toda la razón del mundo.
Soy una mala amiga, y una mala persona.
Sabía que la cita iba a salir mal, pero no esperaba que fuera hasta este punto. Dennis esta enojada conmigo, Gael esta enojado conmigo y Travis lo estará también en cuanto vea que lo he dejado plantado.
Mi ansiedad incrementó y solo quise cambiar de piel, ya que me sentía sucia de una manera que era imposible limpiarme. Desde un principio, fui culpable por acceder a una cita que sabía que saldría mal, luego por sentirme bien cuando Gael me dirigió toda su atención mientras que ignoraba a Dennis, después por discutir por algo tan estúpido con ella y por último por robarle un beso desesperado a Gael por todas las razones incorrectas.
Y ahora, debo disculparme y no sé ni por donde empezar. Pensé en llamar a mi madre, pero la preocuparía demasiado y exageraría la situación (aún más que yo). En estos casos suelo llamar a Dennis, pero por razones obvias no podía hacerlo en este momento.
Entonces un nombre llego a mi cabeza: Taneesha.
La llame por teléfono, rogando porque atienda, porque si no tendría que conformarme con seguir llorando, y mi rostro ya se sentía húmedo, provocando incomodidad y el recuerdo de lo ocurrido en mi. Fue aproximadamente al cuarto pitido que me contestó.
—¿Hola? ¿Dev?
—¿Podrías venir? —se quedó callada unos segundos y maldije en silencio mi idiotez. Seguro esta ocupada haciendo cosas importantes. Seguro mucho mas importantes que ayudar a esta boba que siempre mete la pata.
—Si, claro, dame tu dirección y estaré ahí enseguida.
A pesar de que en un primer momento me sorprendí, me apresuré a proporcionarle mi dirección, y quince minutos más tarde,—en los que me lavé la cara en un intento de parecer decente— ella tocó la puerta y cuando la atendí me miró preocupada, inmediatamente reconociendo que algo no andaba bien.
Admiraba a esa gente intuitiva, que puede ver detrás de una sonrisa por más grande y más blanca que sea. Pocas veces me he dado cuenta que alguien estaba mal sin querer decirlo, pero eso me lleva a pensar, ¿Cuántas otras veces habré entablado conversación con gente que sonreía pero se sentía como la mierda? El pensamiento me generó aún más angustia.
Quise explicar todo manera uniforme, sencilla y calmada, pero algo falló y terminé contando todo sin un orden exacto y sin claridad. Tanee, un verdadero ángel caído del cielo, hizo todo lo posible por comprenderme, y lo hizo después de que me repitiera un par de veces mas.
—Lo que no entiendo aún, Dev, es porque no simplemente le dijiste a Dennis tus sentimientos por Gael.
—No, lo entendiste mal.—me puse roja. —No me gusta, lo que no quiere decir que no sea atractivo o un gran besador, porque lo es, un gran besador... ambas cosas en realidad. Pero eso no quiere decir nada, y el hecho de que me haya sentido bien cuando empezó a hablarme en el cine acerca de idioteces y me he reído tampoco significa que me guste. —me reí nerviosamente, y hubiese seguido hablando de un montón de incoherencias de no ser porque me interrumpió, gracias a los dioses.
—Bueno, vamos a suponer que te creo—ella puso en blanco sus ojos—Aún así, deberías decirle a Dennis lo que sentiste. Decirle lo que paso. Estoy segurísima de que no se enojara si eres sincera... y si ambas se piden disculpas por la discusión tan estúpida que tuvieron. Incluso podría ayudarte a solucionar las cosas con Gael.
ESTÁS LEYENDO
Mi querida bola de pelos |✔
Novela JuvenilCuando Devra se muda teniendo como única compañía a su fiel felino, no pensaba que su vida sería tan interesante. Su minino hizo que conociera a su vecino, el chico ideal: le gustaban los gatos tanto como a ella, escuchaba la misma música que ella y...