D i e c i s é i s

54 8 0
                                    

No estoy segura de como, ni sé si quiero saberlo, pero mi madre se enteró del episodio con Gael.

Estoy segura en un cien por cierto que Charlotte tuvo que ver, pero prefiero no pensar en que ella me traicionó de una manera tan cruel y despiadada.

Llegó ese mismo viernes a darme una hermosa e incómoda charla de educación sexual.

—Creo que es hora de tener esta conversación. Es cierto que debería haber hablado contigo de esto hace mucho tiempo, pero en mis épocas el tema era tabú. No te preocupes, investigué mucho respecto al tema para poder orientarte como corresponde. Estos —sacó de su bolso un par de preservativos. —son profilácticos, y por esto vamos a empezar, es esencial para prevenir embarazos y enfermedades.

Suspiré y me recosté en la silla, sabiendo la larga charla que me esperaba. A pesar de haber descubierto muchas cosas gracias a mi curiosidad y búsqueda en Internet, decidí que sería bueno prestarle atención: primero porque se esforzó en la búsqueda de información fiable; segundo porque esta luchando contra lo que le impusieron y obligándose a hablar de un tema tan prohibido para ella como lo es el sexo; y en tercer y último lugar, pero no menos importante, porque ella es una mujer mucho más experimentada que yo y seguro tiene más conocimiento que compartir.

Eso no quita que la conversación tenga momentos de tensión y silencios incómodos.

Pero aún así, le sonreí y agradecí todo lo que tenía que decir. Y por supuesto, agradecí los condones...

Aunque, por supuesto, no los utilizaría para nada.

De momento.

Cuando mamá se fue después de una extensa charla de dos horas y un pie de limón (lo mejor de la visita, sin duda) yo recordé todo lo que había pasado y mi idiotez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando mamá se fue después de una extensa charla de dos horas y un pie de limón (lo mejor de la visita, sin duda) yo recordé todo lo que había pasado y mi idiotez.

¿Qué me empujó a hacer eso? ¿Por qué decidí acostarme a su lado? Fui tonta, descarada, y merezco las burlas que Gael decida hacer a mi persona.

"Lo siento" escribí en un mensaje de texto para Gael, realmente avergonzada de lo que ocurrió ayer.

Después de pensarlo por horas con el teléfono en mano y caminando de un lado a otro en mi departamento, finalmente pulsé el botón de "enviar" y me senté a esperar su respuesta, casi conteniendo el aliento de los nervios.

Cinco minutos mas tarde, -los cinco minutos mas largos y tortuosos de mi existencia, por cierto- llegó una notificación: La respuesta a mi mensaje.

"No hace falta, Abrams. Fue agradable tenerte en mi cama ;)"

"¡No digas eso! Puede malinterpretarse..."

Estoy segura de que él esta tranquilo, en su casa, riéndose de mi y mi enorme sonrojo.

"Tranquila Abrams. No tengo novias tóxicas que revisen mis conversaciones. No conozco otra mirona que no seas tú, tampoco."

"Perro viejo, viejos trucos. ¿Se te acabó la imaginación? Quizás no tienes el suficiente ingenio para crear otro apodo."

Mi querida bola de pelos |✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora