V e i n t i o c h o

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Desperté con una resaca mortal y apenas teniendo recuerdos difusos de lo que fue la fiesta la noche anterior. 

Palidecí una vez que regresaron los recuerdos de la noche anterior con la fuerza de un camión a toda velocidad:

Me embriague. Bailé con Marie (la prima de Gael, no su novia secreta) y luego seguí tomando alcohol hasta que apenas pude caminar. Gael me trajo de regreso a casa y yo...

Lo besé.

Otra vez.

No puede ser.

En ese momento sonó mi celular y gemí con dolor, girando mi cuerpo y enterrando mi rostro en la almohada, deseando dejar de existir en ese mismo momento... y no, no es una exageración. Pensé en colgar, pero la ansiedad empezó a  hacerse un espacio en mi pecho, y, asustada, me fijé en quien estaba llamándome. 

El alma regreso a mi cuerpo una vez que leí que la llamada no era de Gael, sino de un numero desconocido. Pensé en colgar y dormir hasta la semana que viene, pero la curiosidad le ganó a mi resaca y conteste al tono de llamada. 

—¿Hola?

Solo entonces note lo seca que estaba mi garganta, por lo ronca y destrozada que sonaba.

—Tienes voz de muerta, hermanita.

—¿Sammy?

—Jared. 

Puse mis ojos en blanco. 

—Como sea, no tengo tiempo para esto...

—¿Y que tienes que hacer? ¿dormir para pasar la resaca?

—¿Cómo es que supiste? 

Lo escuché soltar una risa divertida. 

—Soy el mayor por algo, Dev, se como suena alguien con resaca y por lo que puedo notar, estas teniendo una realmente fuerte. 

—Si, bueno, genio, gracias por decirme algo que ya se, ahora si no te importa...

—Veo que alguien esta de malhumor. —iba a quejarme de su comentario tan estúpido pero el hablo una vez más —Espérame lista y en cinco minutos estaré en tu casa. 

La llamada había sido cortada antes de que me de tiempo a replicar. 

Ni siquiera pude pegar un ojo antes de que mi hermano llegara a casa, ya que Don gato mimado ha decidido que quería que atendiera sus caprichos y lo alimentara, a pesar de que no era su horario de comida

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Ni siquiera pude pegar un ojo antes de que mi hermano llegara a casa, ya que Don gato mimado ha decidido que quería que atendiera sus caprichos y lo alimentara, a pesar de que no era su horario de comida.

Debo decir que cumplí con sus órdenes como buena esclava suya que soy. A veces parezco la mascota.

Cuando escuché llegar a Sam... Jared, me sentí tentada a no abrir la puerta y dejarlo irse por su cuenta, pero tocó de forma insistente.

Mi querida bola de pelos |✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora