—Entonces, este suéter...
—Si, me parece ridículo.
Miré como sus ojos se fijaban en el piso, esa mirada verde y hermosa que tanto me gustaba no me miraba, no se atrevía.
—Entonces no creo que vaya a usarlo más.
Confesó con tristeza, sosteniendo entre sus brazos con cariño aquel abrigo tejido a mano y de un espantoso color alilado viejo y la figura de un gato en medio, haciendo aún menos armoniosa la prenda.
— ¿Porqué?—Me encontré preguntando con duda. —Ya hablamos de esto, Dev, si, creo que esa cosa es horrorosa y deberías quemarla lo más pronto posible, pero si te gusta tienes que ponértelo.
Me miró entre asustada y sorprendida.
—¿Incluso en público? Ni loca, se burlarán y dejaré de gustarte.
Sonreí con diversión y la acerqué tomándola de la cintura.
—Se necesita más que un suéter feo para deshacerse de mi, Devie linda, ¿qué pasa? —pregunté con burla después de mirar el adorable tono rojo que cubría sus mejillas. —No parecías tan tímida cuando estabas mirando por la ventana a Travis, o cuando te metiste en mi cama a la media noche, o me besaste frente a un montón de chicas en un centro comercial a plena luz del día...
—¡Basta! Cállate, idiota.
—Deberás darme algo mejor que hacer con mi boca. —propuse sugerente y ella se avergonzó aún más, para mi completa satisfacción.
Nos acercamos a la vez para compartir un profundo beso, uno de los mejores que había tenido.
—Hoy hace frío, deberías ponértelo.
—¿Seguro?
—Completamente.
Estaba decidido a ser mejor novio que vecino y ayudar a Dev superar algunas inseguridades, ya que me parece absurdo que ella no pueda verse como yo puedo.
Ella se lo colocó, tímidamente y me miró expectante.
—¿Y? ¿Qué tal me veo? Y no seas un idiota. —me advirtió con vergüenza.
Le di una sonrisa ligera, porque yo, ciertamente, soy un idiota, pero en este caso en particular decidí limitarme a contestar con toda la sinceridad que fui capaz de encontrar:
—Te ves perfecta.
FIN
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Mi querida bola de pelos |✔
Teen FictionCuando Devra se muda teniendo como única compañía a su fiel felino, no pensaba que su vida sería tan interesante. Su minino hizo que conociera a su vecino, el chico ideal: le gustaban los gatos tanto como a ella, escuchaba la misma música que ella y...