Capítulo 12: "Siempre hay que despertar"

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VALERIE:

Los días pasaron muy rápido. Quizás demasiado.

Ya no tuvieron más días libres.

En cada concierto reptíamos la misma rutina de la buena suerte, Pete hablaba y luego cada uno pasaba por mis brazos, excepto por Patrick, que además recibía un beso de la buena suerte, claro.

Patrcik.. no había noche en que no durmieramos abrazados o mañana en la que no desayunaramos juntos. Todo era como un sueño.

Pero como en todo buen sueño. Siempre hay que despertar.

ÚLTIMO DÍA DEL TOUR.

VALERIE:
2:18 AM:

Abrí los ojos con la respiración acelerada y estaba sudando. Miré a Patrick.

-Patrick - moví su hombro - ¡PATRICK!

-¿Qué? ¿Qué?- me dijo abriendo los ojos asustado- ¡¿Estas bien?!

-Tuve una pesadilla - dije al borde de las lágrimas.

-Ay no, mi princesa - apoyó la espalda en el respaldo de la cama- Tranquila, yo estoy aquí.

-Patrick -dije escondiendo mi cara en su pecho.

-Shhh -paso su mano por mi cabello y luego besó mi cabeza - ¿Qué soñaste?

-No lo se - lo miré - solo se que era horrible.

Comenzó a cantarme Alone Together . El sonido de su voz bastó para alejar todo el miedo y hacer que me relajara.

Recuerdo que una noche, hace años, escuché a mis padres discutir mientras dormía y ya no los soportaba más. Subí el volúmen de la radio y la primera que sonó fue Thanks For The Memories. La voz de Patrick llenó la habitación y pude quedarme dormida.

-Lo siento - dije- Te mantego despierto cuando tienes que dar un concierto en unas horas.

-No me importa, no dormiré hasta que tu lo hagas.

Apoyé la cabeza en la almohada y cerré los ojos.

-Se que no estas durmiendo - me dijo riendo.

Reí - Duermete ¿Si?, ya estoy bien - susurré acariciando su mejilla.

-Si vuelves a tener pesadillas, no dudes en despertarme- me dijo.

-Claro, ahora duerme.

PATRICK:

Desperté con Valerie apoyada en mí. Quité los mechones de cabello que me impedian contemplar su cara por completo. Tomé una de sus manos y la miré un rato. Tan delicada, tan pequeña y tan frágil.

Entrelace nuestros dedos, había una gran diferencia en cuanto a tamaño, pero aún asi, eran como dos piezas de rompecabezas que encajaban a la perfección.

Sentí como su mano comenzaba a apretar la mía y me voltee a mirarla. Tenia los ojos clavados en nuestras manos y comenzó a sonreír lentamente.

-Que bonitas se ven juntas -me dijo.

-No puedo dejar de mirarlas.

-Ni yo - sonrió.

Guardamos silencio. Los silencios ya no se volvían incómodos entre nosotros, era más bien como otro tipo de lenguaje, uno que solo ella y yo entendíamos.

VALERIE:
11:30 AM:

No puedo dejar de pensar en que quizás esta sea la última mañana que despierte junto a el.

➸ Recuérdame por siglos || Stump |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora