Epílogo.

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*años más tarde *

VALERIE:

-¿Puedo ir al concierto de papi? – suplicó la voz más aguda de la casa.

-Ya hemos hablado de esto…- suspiré rodando los ojos – Eres muy pequeña.

-¡Yo soy grande! – gritó. Luego de eso, corrió hasta la cama, se puso de puntillas y tomó una almohada - ¿Ves? Puedo alcanzarla yo solita.

-Mira que bien – reí levantándola en brazos.

-Entonces... ¿Puedo ir?

-Lo hablaremos luego – sonreí juntando nuestras cabezas – Ahora ve a jugar con tu hermano.

La bajé delicadamente, y con pasitos torpes salió de la habitación.

Me recosté nuevamente en la cama y cerré los ojos, pero a los segundos, mi fiel amigo llegó para acomodarse encima de mí.

-Fito, em…me gustaría dormir – sonreí corriéndolo a la almohada de Patrick – Quédate ahí, pero será un secreto de los dos.

Me cubrí nuevamente con las mantas y rogué al cielo poder dormir unos segundos más.

-¡Dame eso! – podía escuchar los agudos gritos de Ema provenientes de la cocina – ¡Es mío Jack!

-¡No es cierto! ¡Devuélvemelo ahora!

Solté un largo suspiro y restregué mi cara contra la almohada – Debería intervenir ¿No? – le pregunté a mi perro quien solo se dignó a darse la vuelta y seguir durmiendo.

Bajé de la cama y me dirigí a la cocina.                 

-Chicos… ¿Qué ocurre ahora? –pregunté apoyándome en el marco de la puerta.

-¡Ema esta molestándome!

- No es cierto – reclamó la pequeña sacando la lengua.

Solté una pequeña risita, mis niños me causan mucha ternura. Jack es una pequeña versión de Patrick, misma sonrisa, mismo cabello y también tienen la misma personalidad, pero Jack tiene los ojos cafés, como los míos.

Ema es más parecida a mí por lo que dicen todos. Dicen que tenemos la misma nariz, la misma boca y también el mismo genio…pero como me gustaría tener los ojos que tiene ella. Iguales a los de su padre.

-Niños, ustedes no deben pelear…son hermanos –  sonreí mientras de sentaba en el suelo con ellos – Deben quererse mutuamente.

-¿Qué es ‘’mutuamente’’? – preguntó Ema.

-Olvídenlo – reí  - Solo, no peleen más ¿De acuerdo?

 -Sí, yo le haré caso a mamá – dijo Jack recogiendo sus juguetes.

-Pues… ¡Yo le haré más caso que tú! – respondió su hermana intentando levantarse. Tomé la pequeña mano de Ema y la ayudé.

Con una sonrisa en el rostro, me quedé observando como ordenaban las cosas que estaban esparcidas por el piso, porque bueno, no tendría que hacerlo yo y además se veían muy adorables.

-¿Qué fue eso? – preguntó Jack levantando la vista.

¡Paf!

Mi instinto materno se activó e inmediatamente acerqué a los niños a mí.

- Quietos –  susurré recorriendo el lugar con la mirada. Ema me abrazó una pierna mientras que Jack se refugió detrás de mi espalda.

El ruido de una puerta cerrándose llego hasta mis oídos, pero me tranquilicé al escuchar la melodiosa voz de Patrick entrando a la casa.

➸ Recuérdame por siglos || Stump |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora