➸ Recuérdame por siglos || Stump |Editando|

Capítulo 15: ¡Cajitas misteriosas!

VALERIE:

Gracias a Dios, mi habitación estaba alejada de la de Antonia y Lily, pero aun así entramos y cerré la puerta despacio, por precaución. Fito estaba durmiendo plácidamente arriba de mi cama, pero al oírnos abrió un ojo, y saltó a oler al extraño que invadía su territorio.

—Hola amiguito —susurró Patrick acariciando su cabeza mientras el otro movía la pata.

Como ven, es muy fácil ganarse el corazón de mi perro. No importa si eres un sicario que viene a sacarme los órganos, si le rascas la cabecita él te querrá.

— ¿Cuál es su nombre?

— Fito — respondí abriendo mi cajón para buscar mi pijama.

Patrick tomó a mi perro en brazos mientras le susurraba cosas como: ''Que bonito eres'' ''¿Quién es el más lindo?'' y fue a sentarse en mi cama.

— Lindo lugar — dijo recorriendo mi habitación con la mirada.

— Gracias — bostecé.

— Awww, ¿Nuestra pequeña pelea cansó a la bebé?— me dijo haciendo un puchero.

—Te hubiera matado — respondí lanzando una camiseta en su cara.

— Oh, sí, sí te creo. La verdad, aún me duele la espalda— dijo haciendo una mueca, pero luego comenzó a reírse.

— Si quieres te vuelvo a golpear — ofrecí cortésmente.

—No muchas gracias.

Me di la vuelta, y seguí buscando algo que ponerme.

— ¿Con qué dormirás? — pregunté.

— No lo sé... ¿Tienes alguna polera que me prestes? — me preguntó de vuelta sonriendo burlón.

— No, lo siento — carcajeé

— Entonces supongo que dormiré con lo que traigo — respondió — ¿Algún... problema con eso?— me increpó.

—Mmm — escaneé rápidamente su atuendo — Definitivamente.

Patrick alzó las cejas divertido y se levantó, dejando a mi perro sobre la colcha. Tras una rápida miradita cómplice por mi parte, Fito se escondió bajo la cama... lo amo.

— Dime, ¿Cuál es tu problema? — susurró Patrick captando mi atención.

Llevé mi vista hasta él nuevamente, dándome cuenta de lo cerca que estaba.

— Quizás esto... — murmuré con una sonrisa torcida en mi rostro, quitándole su chaqueta de cuero y tirándola al suelo — Y esto... — agregué deshaciéndome de sus lentes y sombrero.

Antes de que pudiese continuar, tomó mi cara entre sus manos y comenzó a besarme dulcemente.

Mierda, como extrañaba eso.

Gracias a mi poca capacidad de autocontrol, y luego de que el beso comenzara a intensificarse, empujé a Patrick a la cama y me subí arriba de él. Bajo su atenta mirada, comencé a besar su cuello lentamente, mientras sus manos acariciaban mi espalda, y las mías su torso.

Me detuve a mirar su rostro. Sus ojos se habían cerrado, y sus labios se encontraban apretados.

Sonreí y besé la punta de su nariz antes de caer a su lado.

— ¿Por qué te detuviste? — me preguntó volteándose a verme.

— Aún no es el momento — susurré.