Perla [ Wen Ning x Nie HuaiSang ]

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—¿Qué es eso? —preguntó, molesto, Nie MingJue.

—¿Cuál?

La respuesta en forma de pregunta aumentó el mal humor del líder de la secta Nie.

En vez de estallar, Nie MingJue inspiró llenando su enorme pecho, haciendo caso a la recomendación de su esposo: respira profundo y no mates a nadie.

—Eso —señaló el colgante sujeto a la boleta del fastuoso abanico de Nie HuaiSang.

El colgante era una exquisitez a la par del abanico —¡o más!—, por su conformación total de trenzas de seda y base oro, pero su principal atractivo era una gran perla akoya blanca. Un adorno personalizado de delicada belleza y confección, a juego con las varillas del abanico.

—¿Esto?

Nie MingJue jaló aire. Una venita le palpitó en la frente.

—Hemos visto que últimamente usas muchos colgantes de perlas —Jin GuangYao acudió al rescate de ambos.

—Ah, eso —Nie HuaiSang se talló la cabeza con el ribete del abanico plegado—. Verán. Han sido regalos de un admirador secreto —reveló, encogiendo hombros—. Aunque, en lo particular —frunció los labios—, preferiría una perla negra de las cultivadas en el clan Wen. Una de esas combinaría con mi abanico favorito —suspiró decepcionado y dio la media vuelta, marchándose.

A la par de un sirviente regañado en la sala contigua, su hermano y su esposo se quedaron plantados en su sitio, incrédulos.

—¡¿No se da cuenta?! —estalló Nie MingJue, echando un paso en la dirección que tomó su hermano menor.

Jin GuangYao lo detuvo del brazo:

—Todo lo contrario —dijo, atrayendo la atención del líder Nie urgiéndolo a explicarse—. Todo lo contrario —repitió—. Quizás pienses que HuaiSang no comprende que al lucir los regalos de su admirador acepta el cortejo, y que quizás desconoce la identidad del caballero. No obstante, por lo dicho —sonrió—, es lo contrario.

Menos satisfecho por la respuesta, Nie MingJue apretó puños.

Jin GuangYao caminó veloz fuera de su alcance:

—Tú deja a HuaiSang actuar, y no te atrevas a interponerte.

—¿Qué no me interponga? —el atrevimiento de Jin GuangYao lo sorprendió: ¡¿Qué pasa con estos dos?!

No lejos de ahí, tras un pilar, Nie HuaiSang vio partir a un caballo y su jinete a todo galope, rumbo a la secta Wen que no cultivaba perlas, menos aún negras.

El abanico escondió su sonrisa triunfante.

Por meses lució descarado los regalos de su "admirador secreto", y esperó entendiera la aceptación de sus sentimientos. Por meses, la timidez del admirador contuvo su comprensión de las indirectas, y ese día se dio la oportunidad perfecta de enviarle un mensaje más franco.

Los colgantes eran hermosos y las perlas preciosas. Sin embargo, prefería la perla más exótica del clan Wen: el joven llamado Wen Ning.

Durante la conferencia de sectas el joven Wen, un recién conocido, acosó a Wei WuXian a preguntas obvias sobre los gustos de Nie HuaiSang, "por curiosidad". Wei WuXian le contó, y Nie HuaiSang lo empujó a decirle que le gustaban los colgantes de perlas. Una alegoría, una indirecta. Wen Ning tenía la esencia de una perla: suave, elegante, noble y recio.

Pues bien, sacaría a la perla de la secta Wen de su concha para él.

* * *

Nota:

Este drabble está dedicado a una personita muy especial, una amiga a quien le debo mucho y que cayó conmigo en este loco mundo de MDZS. Hanatsu, ojalá te haya gustado.

Festival de 31 BendicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora