𝐋𝐄𝐌𝐎𝐍𝐀𝐃𝐄 | Recopilación de escritos cortos o extensos.
Sigue en proceso de edición y reedición.
• Algunos de los personajes que voy a utilizar en este libro no son míos, son creación de Kōhei Horikoshi.
• Queda completamente prohibida su...
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╭Bahúl de recuerdos╮
Firstmeet
El lugar estaba repleto de escombros esparcidos por todo el suelo de tonos arcillosos. Los alumnos de la famosa academia UA, estaban distribuidos por todo el mapa geográfico del pequeño lugar. La tensión era tanta que todos juraban poder tocarla con las yemas de sus dedos. Thyra estaba junto con Todoroki, Bakugo y Kirishima, se miraban los unos a los otros con los nervios a flor de piel, pero ninguno decía nada. El héroe profesional y también su profesor, Aizawa o mejor conocido como ErasedHead, se encontraba luchando con todo el cúmulo de villanos, utilizando sus resistentes cintas y su quirk a su favor. Thyra miró hacia todos lados en busca de sus demás compañeros, pero no vio a nadie. Supuso que seguían luchando.
«Sean fuertes, vamos», pensó.
—Mierda, es que no se cansan —gruñó Bakugo crispando sus manos en un puño.
—¿Qué haremos? —preguntó Kirishima con nervios.
—¿Tú que crees pelo mierda?, vamos a pelear —contestó el rubio ceniza.
—Si nos entrometemos, podemos perjudicar al profesor —aportó Todoroki. Thyra tensó su mandíbula y rechinó sus dientes.
—Debemos separarnos —dijo finalmente—. Bakugo-kun, Kirishima-kun, ustedes vayan a ver si los demás necesitan ayuda.
—¡¿Ah?! —exclamó el de quirk explosiva—. ¿Y tú desde cuándo te crees capaz de darme órdenes mitad-mitad?
—¡Bakugo! —gritó el pelirrojo.
—¿Vas a quedarte allí como inútil o piensas ayudar? —gritó la mitad albina, desafiándolo. En aquellos momentos, las personalidades parecidas de los dos chocaban como dos supernovas, provocando que todos los expectantes de sus peleas sintieran un ligero miedo recorriendo debajo de sus pieles. Bakugo gruñó, pero no rechistó, simplemente se dio la vuelta y se fue en busca de los demás.
—Mierda, All Might aún no viene —dijo Thyra mirando de reojo al bicolor que estaba a su izquierda.
—Seguramente alguno de los demás ya lo fue a buscar, de momento, hay que pensar cómo podemos ser útiles —dijo rápidamente, colocando su cuerpo en pose de defensa. Thyra frunció su ceño y preparó sus brazos para dejar que la energía fluya por sus venas y preparar así los rayos para usarlos en cualquier momento.
Luego de unos minutos, que parecían eternos, su profesor no aparecía. Miraron por encima de los escombros, pero aun así sus campos de visiones estaban vacíos.
