Aquello Que Ocultamos

Capítulo 10

Al ver las paredes blancas intentaba ubicarme, respiraba con dificultad y sentía muchísimo dolor, tardé solo un poco más en darme cuenta donde estaba y al verla delante de la cama con su mirada afilada, no me hizo sentir mejor.

—Estoy en el hospital, ¿cierto? — Asintió — ¿Qué ha pasado? — respire profundo esperando sus palabras igual de afiladas.

—Un desastre — comentó y no pude identificar su estado de ánimo —nunca me gustaste y con lo que ha pasado, solo hace que te odie profundamente.

A veces llegaba a mí pequeños flashes de lo ocurrido, mi familia llorando, yo gritando y luego la oscuridad me arropaba.

— ¿Steven? — Negó lentamente. No deseaba llorar, aunque cada vez que despertaba de la inconsciencia soltara un par de lágrimas — somos el dúo imparable, nos amamos. Yo lo amo— hizo una mueca y gemí de dolor, no uno físico sino emocional.

—No lo entiendes, ya no hay más dúo, no hay nada — ahora me hablaba con mucho rencor — eso murió cuando entraste en ese maldito quirófano y nos dejaste fuera de cualquier decisión— quería esconderme debajo de las sabanas y despertar de la pesadilla — te veo y solo me pregunto si fue lo mejor que estuvieras con vida — no podía salir corriendo de la habitación, no podía ni defenderme contra lo que me decía porque me sentía culpable.

Seguía en una situación "critica" y tardaría un par de semanas recuperarme del todo.

— ¿Es todo? — ya no me preocupaba si terminaba llorando, sentía un dolor tan profundo en el alma que nadie podía reparar.

—Eva Dixon, es todo.

Observaba el techo concentrada, creo que todos alguna vez hemos hecho aquello de solo quedarnos mirando un punto fijo y pensar en nuestra vida. Es como un momento íntimo de introspección necesaria, donde la mayoría de las veces terminas deprimido, el cual podía ser mi caso.

Para mí la vida resultaba ser algo irónica, un día estás lleno de felicidad y al siguiente solo tienes un sentimiento de pérdida y dolor. A medida que vamos creciendo deberían explicarnos sobre cómo es realmente la vida. Oh, claro es maravillosa pero dolorosa.

De un lado tienes las decepciones y del otro un profundo vacío.

¿Cómo algo tan hermoso, terminaba tan mal?

Últimamente tenía sueños (malos recuerdos) y sabía lo que significaba. Cada día que pasaba era uno menos para la fecha maldita, y tal vez si todo salía bien por primera vez estaría lejos de casa, lejos de mamá, quien se acostaba conmigo en mi cama incómodamente pequeña de sabanas amarillas con patitos y acariciaba mi cabello repitiendo una y otra vez las mismas palabras: Mi Eva es una chica valiente y fuerte.

Y ahí estaba el detalle, no me consideraba fuerte ya que no podía lidiar con mi pasado.

~*~

Había un grillo, estaba muy segura de su existencia.

Cuando le comenté a Clare sobre Pepe Grillo (Si, así lo llame), ella le pidió a su sobrina que revisara la habitación, Calíope salió de allí asegurando que no había ningún animal ruidoso. Quería quejarme, pero ella estuvo revisando como por una hora, parecía un detective buscando al criminal, sin embargo este criminal no estaba.

Podía no ser una persona muy normal, pero por tres noches seguidas escuche a Pepe Grillo, lo que llevo a que no pudiera dormir bien y terminara con un malhumor intenso, aunque odiara tener que trabajar lo hice lo mejor que pude sintiéndome mal.