Capítulo 19

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La práctica llevaba poco tiempo de haber comenzado, me llenaba de emoción con tan solo verlo correr de un lado a otro.

Solo salíamos al mundo real los miércoles, gracias a los entrenamientos de Isak, quien apenas pisaba el campo parecía un caballo desbocado, del resto no salíamos de la fortaleza, el nuevo apodo que tenía el mini castillo.

Deseaba llevarlos a tantos lugares divertidos, sin embargo para eso necesitaba la aprobación de Eros, lo cual estaba más difícil que hablar con los animales y poder entenderlos.

El día de ayer estaba muy ocupada, fue uno de esos días donde los niños estaban algo incontrolables y no me daban un respiro. Deseaba preguntarle a Eros que mosquito le picó para casi besarme, no encontraba una explicación lógica que no tuviera que ver con licor o contusiones cerebrales.

De tan solo imaginar ese beso mi cuerpo me traicionaba, igual eso no significaba que estaría completamente a su merced para el jueguito raro en el que a veces me metía.

Además en la residencia Goldssom estaba Hela Zimmerman haciendo acto de presencia y acaparó su atención.

Aunque pudo haberse acercado para hablar, sin embargo no lo hizo.

Astrid me acompañaba como todo miércoles, por fin superó su nerviosismo inicial cuando el señor Perfecto dejó claro que no tendría problemas por acompañarme, la miré y le sonreí, estaba entretenida hablando con Freya sobre vestidos de colores y peinados.

Alek estaba sentado a dos gradas de distancia leyendo, uno de sus libros con portada extraña, he notado como a veces los lee en otro idioma que todavía no logro identificar.

Nota mental: Preguntar sobre su libro nuevo.

Frey utilizaba la grada como cama, estaba acostado coloreando unos dibujos que le conseguí sobre animales marinos, lo vigilaba como un halcón a su presa, para evitar posibles caídas.

Nathan estaba dormido en mis brazos y el ruido a nuestro alrededor parecía no afectar su siesta, estaba vez no había cangurera lo cual era mucho mejor para él, amaba estar en mis brazos y estaba casi segura que la había ocultado, porque no la conseguía.

—No puede ser — la observé y tenía los ojos muy abiertos demostrando una clara sorpresa.

Giré mi cabeza hacia la dirección de su mirada y fruncí ligeramente mis cejas, no estaba preparada para lidiar con la situación.

Los miré por unos segundos fijamente, no sabía el porqué de su presencia sin embargo mi pensamiento quedó en el olvido, cuando su acompañante se sacó la chaqueta y dejo a la vista de todos su camiseta, trate de no reír.

Caminaban con paso decidido y por un momento quise que no fueran tan guapos, cuando al fin estuvieron delante de nosotras, el pelirrojo fue quien rompió con el silencio.

—Buenas tardes señorita Matheus — Astrid intento ocultar su sonrojo, estaba fallando — Hola linda Eva — seguía siendo horrible su apodo hacia mí.

— ¿Qué hacen aquí? —no me importo saludar, seguía sorprendida con su llegada.

—Somos el equipo de animación para Isak — señaló su camiseta, la cual tenía impresa la siguiente frase: Team Isak — Er no le apetecía mucho venir y mucho menos colocarse mi hermosa creación.

Y era cierto, Eros llevaba su camisa blanca de botones arremangada hasta los codos, pantalón de vestir negro con sus típicos zapatos lustrados, lo único que le faltaba a su atuendo era la corbata y el saco a juego.

Al parecer lo sacaron de su trabajo y no estaba muy contento.

—Yo quiero una— dije divertida — así que la espero.

Aquello Que OcultamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora