Capítulo 8

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La rutina de mi segunda semana de prueba fue diferente, levantarme antes que los niños, ir a la habitación de Nathan (a quien encontraba muy despierto mirando el techo) le cambiaba su pañal y le colocaba ropa limpia. A eso se sumó ir hasta la habitación de Isak quien me esperaba sin falta con una sonrisa adornando su pequeño y pálido rostro, le comenté sobre volver a las prácticas de futbol y todos los días sin falta preguntaba cuando lo llevaría.

Ya había buscado mucha información sobre distintas academias, a la que asistía no estaba trabajando, por eso quería la mejor y que fuera segura para él. Solo esperaba la aprobación del señor Goldssom quien se estaba tomando mucho tiempo para decidir.

La hora del desayuno se había convertido en un campo de batalla, Isak hablaba conmigo de cualquier cosa que pasaba por su mente, era un niño que le gustaba mucho comunicarse y a pesar de las quejas de su hermano mayor para que se mantuviera callado, no le prestaba mucha atención.

Aleksander era una situación aparte, si las miradas fueran dagas llenas de veneno seguramente fuera un experto en ello, no le agradaba en lo más mínimo y no intentaba ocultarlo. Mientras el estuviera cerca de los mellizos no podía acercarme y aunque me molestara, entendía porque se comportaba de tal manera.

Nuestra relación estaba tensa, no me caí mal solo quería ayudarlo, a veces notaba cuan cansado estaba, sin embargo cuando preguntaba si se encontraba bien, me observaba como su enemiga mortal.

La situación con el señor perfecto no había cambiado, teníamos una relación distante. Se iba al trabajo muy temprano y regresaba muy tarde. ¡Incluso no estaba los fines de semana!, ¿cuán ocupado se podía estar en la vida?

Varias veces me topé con él en la cocina, a horas no muy aptas para el público. Solo me observaba unos segundos y luego comentaba: Buenas noches señorita Dixon.

Y se iba.

Seguía siendo un misterio para mí, ni siquiera sabía de qué iba su trabajo, tampoco es que me propuse a preguntárselo frente a frente. Después de mi torpe abrazo él parecía mantener cierta distancia, simplemente me dio igual. No estaría detrás de él, lo más probable es que me amenazara con despedirme nuevamente.

Esta mañana todo era diferente, ya había pasado oficialmente mis dos semanas de pruebas. Mi nuevo contrato llegó vía correo dejando muy claro que trabajaría por 6 meses y sí lograba mi objetivo, tendría un contrato indefinido.


De: E. Goldssom.

Para: Eva Dixon.

Asunto: Contrato nuevo.

Señorita Dixon, le adjunto su nuevo contrato. Si lo desea puede imprimirlo, pídale ayuda a Clare con eso, en el despacho hay una impresora. No entre sola ahí.

No la felicitare por su trabajo, ya que le pago para que cumpla con su deber. Solo evite los desastres y le aseguro que seguirá trabajando por mucho tiempo.

Cada vez que recordaba su correo, solo podía pensar en las palabras "Idiota" y "Prepotente". Ni siquiera me preocupe en responderle, solo di click a una de las opciones que decía Recibido.

Mi plan no era ser niñera toda la vida, por los momentos seguiría trabajando, no sé qué haría en un futuro tampoco me lo había planteado, sin embargo agradecía estar a cargo de los niños, el trabajo requería mucho tiempo y eso resultaba ser de ayuda para no pensar en otras cosas.

No me importaba si mi vida en estos momentos solo girara en torno a ellos.

~*~

Aquello Que OcultamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora