—Eva — sentía millones de aguijones en mi cabeza — ¿Puedes oírme?
—Que horrible, incluso no me dejas morir en paz — me quejé.
—No estás muerta, solo un poco dopada.
—Me siento muerta — escuche como exhalaba profundamente.
Hice un esfuerzo para abrir mis ojos y los aguijones volvieron, solo que esta vez por todo el cuerpo.
Dolor
Escozor
Incomodad
Y dolor, era necesario recalcar esa palabra.
—Incluso medio inconsciente discutes conmigo — ¡Ja!, no te creas tanto. Deseaba hacer tantas preguntas, solo que mi mente intentaba ordenar muchas cosas y fallaba, sin embargo sentía mucho cansancio — descansa — fue lo último que oí antes de caer en un sueño perturbador.
— ¡Él no está! — grite lo más fuerte que pude. Necesitaba que alguien entendiera todo el dolor que habitaba en mí — siento que estoy muerta en vida, ¿Por qué me pasó esto mamá?, ¿tan mala persona soy? — mi voz se quebró y empecé a llorar, mi cuerpo se sacudió entre espasmos y sollozos.
—Mi hermosa Eva — no tardó en acostarse a mi lado, las caricias de mi mama me parecían las mejores del mundo, tenían el poder de curarlo todo. Sin embargo en estos momentos, unas simples caricias no me quitaban el sentimiento de pérdida — si supiera porque sufrimos, haría todo lo posible para que nunca salieras lastimada— su mirada azul me gustaba porque me hacía recordar al mar cuando estaba en calma, ahora todo parecía una tormenta.
—No es justo — estaba mojando su camisa pero no parecía importarle — quiero despertar de esta pesadilla mama, por favor haz que pare — me aferre a su cuello.
—Mi pequeña, no puedo imaginar todo el dolor que sientes — sonaba afligida — lo único que haré es quedarme contigo hasta que lo superes, porque lo harás Eva — negué — eres más fuerte de lo que tu mente piensa, lucha y porque sé que saldrás victoriosa.
—Estoy tan cansada y adolorida —tanto física como mentalmente —Stev... oh Dios, él mi... —volví a llorar.
—Intenta dormir, prometo cuidar de tu sueño hasta que despiertes.
¿Qué pasaba si no deseaba hacerlo?
~*~
Me senté y noté que lo hice de forma brusca cuando sentí un dolor intenso en mis rodillas.
—Calma, calma, solo fue un mal sueño —pasaba su mano por mi espalda de arriba abajo, a pesar de que sonreía se notaba su cansancio — ¿quieres algo?
Fijé la mirada en la jarra con agua que había en una pequeña mesita al lado de ella, no tardo en comprenderlo y me dio el vaso lleno, cuando el líquido tocó mi lengua creí escuchar a los ángeles cantar, no recordaba estar tan sedienta.
—Es bueno tenerte de vuelta — no estaba en mi habitación, mucho menos en la casa donde crecí y tampoco parecía estar en un hospital — es la enfermería de la casa Goldssom — Claro, también el castillo tenía una enfermería — todavía no conoces toda la casa, ¿puedes hablar? — Asentí y la simple acción hizo que me quejara — trata de no hacer movimientos muy bruscos.
Mi cabeza se sentía como un tambor cuando lo tocaban con fuerza.
—Si... — mi voz sonaba rara, un poco rasposa — solo... ¿Clare que hago aquí?
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Aquello Que Ocultamos
RomanceUn trabajo, una nueva oportunidad, fue lo que pensé cuando el apellido Goldssom llegó a mi vida. No solo fueron nuestros caminos los que se cruzaron sino también nuestros secretos. Y aquello que ocultamos resultó ser una pieza decisiva en el juego...