Bethmoora

182 28 33
                                    

El duende llamó a la puerta, un coloso hecho de piedra se enderezó frente a nosotros, en su abdomen se podía ver la enorme puerta que nos llevaría a la ciudad abandonada, advirtió que no entraría con nosotros por su propia seguridad, pero solo era cuestión de llamarlo si sobrevivíamos para sacarnos de ahí y nos deseó suerte en expulsar a los forasteros de Bethmoora, después de todo, era su hogar.

Nos dividimos en dos grupos, Constantine vendría conmigo a recuperar la lanza, mientras que los otros ayudarían a Jason a impedir que el ritual que estaban planeando los Untitled se realizara y probablemente a detenerles para siempre. No estaba cómodo dejando que Jason fuera sin mí, pues se enfrentaría a alguien a quien apreció o aprecia mucho, requeriría de algún tipo de apoyo moral y por el otro lado, si enviábamos a los demás a recuperar la lanza, se perderían por siempre, como dije antes.

Aunque tengo que reconocer que quizá solo estaba celoso o preocupado de que Jason se reencontrara con esa chica. Cierta idea de "¿Y si decide volver con ella?" estaba torturándome y me causaba una molestia en la boca del estómago. Tenía que dejar eso atrás y concentrarme en terminar esto lo antes posible, así podríamos alcanzarlos pronto.

-Admito que no te creí cuando dijiste que conocías el lugar -El rubio venía detrás de mí, nos escondimos detrás de una pared que daba a la sala donde el ejército dorado dormía y dormiría eternamente - ¿Hay algo que te gustaría decirme antes de que entremos en ese lugar a tomar un arma que en teoría no puedes tomar porque no te pertenece? -Comenzaba a fastidiarme que dijera lo mismo una y otra vez.

-Si, que cierres la boca y me dejes concentrarme -Me escabullí dentro y pasamos al centro de la sala, donde el arma se encontraba hundida en el suelo, todo estaba en completo silencio. Me acerqué a la lanza y la pasé de largo, vi una sombra moverse detrás de las monstruosas figuras de oro que rodeaban la imperturbable arma plateada -John, toma este escáner y captura la forma de la lanza, te cubriré mientras lo haces -Le pasé el aparato que hasta ahora había mantenido oculto en mi cinturón.

- ¿Escáner? ¿Qué tenías pensado? ¿Hacer un duplicado para dárselo a Waller? -Me preguntó sarcástico, pero ese era justamente el plan -Eres en serio un gran tramposo -Lo dijo en un tono que sonó más a un cumplido.

Aquella sombra negra saltó hasta a mí, estaba preparado para ello, logré detener el ataque con el palo Bo, no sé muy bien lo que era, pero tenía dientes muy grandes que se encajaban en mi arma y sus garras gigantescas estaban posadas a ambos lados de mi cabeza, no se parecía a ninguna bestia que haya visto antes, en realidad no tenía forma, era como humo negro a excepción de sus afilados miembros que ya mencioné.

- ¡Has el maldito escaneo! -Grité cuando noté que mi compañero venía a tratar de ayudarme, se detuvo e hizo lo que le ordené mientras pronunciaba muchas maldiciones.

Yo había recibido con anterioridad un entrenamiento especial para desarrollar la habilidad de la absorción de energía de mi entorno y usarla a mi favor, usando mi cuerpo como conductor, esta bestia parecía estar formada por mucha energía oscura, en resumen, solo era una extensión de otra entidad llena de este poder oscuro.

Hacia demasiado que no hacía esto, pero salió mejor de lo que esperaba. Me concentré en romper el vínculo que esta criatura tenía con la persona que la invocó, al lograrlo, absorbí un poco de su ser y logré doblegar a la criatura para darle el golpe final.

El monstruo se desvaneció. Constantine vino hasta mí y me ayudó a ponerme de pie, pero en cuanto estuve erguido, una poderosa punzada me hizo doblegarme de nuevo y si el rubio no hubiera estado ahí para sostenerme, habría caído otra vez.

-Pequeño estúpido, no puedes pelear con ese tipo de criatura de la forma en la que lo hiciste sin consecuencias -Abrió el cierre de mi traje, haciendo a un lado mi arnés y miró mi abdomen, que era el punto donde había concentrado mi ataque contra la criatura, mi piel estaba ennegrecida en esa zona y la mancha no hacía más que crecer -Se ve peor de lo que creí, te consumirá desde dentro y te convertirá en uno de ellos si no lo detenemos.

AnchorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora