Rencuentro

248 24 69
                                    

Una noche, Damian y yo estábamos patrullando juntos, teníamos un caso especial que requería de la atención de Batman y mi habilidad de detective, teníamos un asesino serial en Gótica, el FBI ya estaba aquí, pero no tenían nada más que los patrones de comportamiento del criminal y la forma en la que un par de personas habían sido asesinadas, confirmó que se trataba de ese sujeto.

Gordon nos consiguió parte de la información y calculé que su próximo asesinato seria esa noche, pues había un raro patrón en la frecuencia con la que, hacia sus asesinatos, pero logré descifrarla. Se trataba del uso de una complicada ecuación que transformaba citas de Moby Dick a una serie de números, los cuales daban coordenadas y una cantidad de víctimas, dos en este caso, fue una tremenda coincidencia que su última frase diera las coordenadas de Gótica.

No fue para nada fácil encontrar ese patrón, fue un verdadero dolor de cabeza, pero, en fin, teníamos que encontrar al sujeto esa noche o sería imposible volver saber cuándo volveríamos a verlo.

Triangulamos la zona más probable de ataque y la vigilamos desde los edificios más altos.

Damian tenía razón, el tipo estaba obsesionado con ese libro y buscamos aquellos que vivan en esa zona con nombres parecidos a los de los personajes y escritor, solo tuvimos una coincidencia, un chico llamado Ismael Reyes.

Pusimos especial atención a su departamento y alrededor de las 2 a.m. el asesino apareció, lo detuvimos antes de que cometiera su crimen y le dejamos el resto a la policía local.

-Buen trabajo, Robin -Me dijo Damian, se estaba burlando de mí.

-Lo mismo digo, BabyBat -Se la regresé -Vamos por algo de cenar, muero de hambre.

Comparamos pizza y cenamos en la cima del banco de Gótica, estábamos muy a gusto sorbiendo de nuestro batido de chocolate cuando un auto se estrelló en un poste frente a nosotros.

-Malditos ebrios bastardos -Bufó Damian fastidiado, poniendo su comida a un lado para bajar.

Pero yo creí ver una sombra sobre el auto cuando se estrelló, miré con los binoculares y entonces apareció. Un maniático con una máscara que jamás había visto apareció entre las sombras con un enorme garfio al aire.

Tanto Batman como yo bajamos para detener al sujeto, Damian se enfrentó a él mientras yo trataba de ayudar a las personas del auto a salir.

Era una pareja, toqué el cuello de la mujer para comprobar su pulso, estaba muerta. Su compañero por otro lado, respiraba, pero estaba bañado en sangre y tenía un gran pedazo de cristal clavado en la entrepierna, que muy probablemente era del parabrisas.

Arrastré al hombre fuera del auto y el llanto de un bebé me heló la piel, volteé a ver y vi que empezaba a salir fuego del motor. Corrí de vuelta al vehículo, vi al niño y con ayuda de las navajas de mis antebrazos, le quité las correas de su silla de seguridad, me alejé lo más que pude con él en los brazos, apenas a tiempo antes de que explotara.

Damian tardó más de lo esperado en atrapar al causante de todo esto y también tenía una herida sangrante en el hombro derecho.

-Batman -Fui hasta él, puse al bebé sobre la acera a un lado del hombre al que rescatamos para ver la herida -No esta tan mal, solo necesitas puntos -Dije más aliviado.

-Te mueves muy bien para tu edad, Bruce -Dijo aquel psicópata que estaba en el suelo inmovilizado por las esposas especiales.

Damian y yo nos miramos sin poder creer lo que había dicho, fui hasta él y le quité la máscara, era una mujer mayor, cabello corto y canoso, de la edad de Bruce más o menos.

AnchorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora