5. ¡Que comience el espectáculo!

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Bakugou

Semanas después del maldito examen final, se nos pidió ir a un estúpido campamento cuyo fin era llevar nuestros dones al límite. No nos explicaron con claridad a qué se refería eso, hasta que nos encontramos a mitad de camino con un cuarteto de furros que se hacían llamar las "Wild Wild Pussycats"; un nombre tan desagradable como ellas. Aizawa nos pidió que descendiéramos del autobús y ya imaginaba por dónde iba todo esto.

Y como supuse, los cuatro intento de gatos nos dijeron que debíamos atravesar todo el maldito bosque, a la vez que nos aclaraban que, si queríamos cenar, debíamos terminar antes del mediodía. Viendo mi reloj eran las 9 en punto. Si bien confiaba en mis habilidades, no sabía cuan grande era el maldito terreno.

– Descuiden, pueden usar todo su poder para llegar al campamento. Esto es una propiedad privada. Dicho esto – colocó sus manos en el suelo y poco después estábamos a pie del barranco cubierto de tierra y escombros de arena. La uva pervertida se adentró primero, quién diablos a qué, pero retrocedió despavorido y una figura de piedra se asomó entre los árboles.

– ¡Olvidé decirles que deberán derrotar a los monstruos de tierra y llegar al campamento si tienen intenciones de probar bocado! – nos vociferó la muy...
– ¡Bakubro, cuidado! – Shitty–Hair hizo de escudo contra el impacto de rocas que esas cosas empezaban a disparar
– ¡NO ME ESTORBES! – Dirigiendo una explosión que devastó los árboles frente a nosotros abriendo un claro que expuso a los múltiples adefesios de distintas formas. La adrenalina empezaba a correr por mi cuerpo y estaba ansioso por destrózalos, uno por uno – Esto va a ser interesante – impulsándome con otra explosión. Estaba tan concentrado destruyéndolos que parecía multiplicarse mientras los eliminaba. Los idiotas del cuatro ojos, Mitad–Mitad y el maldito nerd también se libraban de ellos con bastante rapidez, mientras el resto luchaba en pares para hacerles frente.

Luego de ocho malditas horas que parecieron interminables, llegamos a media tarde al maldito campamento, visiblemente agotados. Apenas podíamos mantenernos en pie mientras los cuatro adultos disfrazados patéticamente como felinos y nuestro profesor nos esperaban en la entrada de la estructura color gris.

– Parece que les tomó más de lo esperado – habló ahora la morocha –Pero les tenemos buenas noticias. ¡Les prepararemos la cena! Aunque solo por esta noche, los días restantes lo harán ustedes.
– Sin embargo, quiero destacar el desempeño de ustedes cuatro – cuando me percaté de lo que había hecho, estaba junto al cuatro ojos, el inexpresivo Mitad–Mitad y el maldito Deku, siendo acosados por una mujer demasiado emocionada para tratarse de cuatro menores de edad – ¡Ustedes lo hicieron excelente! Supongo que se debe a su experiencia. – Mientras saltaba a nuestro alrededor.
– Me preguntaba hace rato, ¿quién es ese niño? – inquirió el nerd señalando a un niño al fondo. La escandalosa mujer comentó que se trataba del sobrino de la morocha. Como siempre, intentaba hacerse el amigable y recibió un golpe que de seguro lo dejaría sin descendencia. Al final nos hizo un favor.
– Mocoso – mientras me burlaba de la escena
– Es como una versión en miniatura de ti – comentaba el bastardo Mitad–Mitad tras de mí
– ¡¿Qué?! ¡Para nada! – acercándome a él – ¡Cállate maldito Mitad–Mitad!
– Fue solo una broma – con la misma inexpresividad de siempre.

Luego de desempacar, fuimos a comer y más tarde a dormir. Después de todo, como nos dijo el Prof. Aizawa, el verdadero entrenamiento iniciaría mañana. Sin embargo, el idiota de Shitty–Hair me arrastró a las aguas termales. No tenía intenciones de compartir con ninguno de los idiotas de nuestra clase, pero si bien el baño me revitalizó, nunca se lo dejaría saber.

– Parece que les tomó más de lo esperado – habló ahora la morocha –Pero les tenemos buenas noticias. ¡Les prepararemos la cena! Aunque solo por esta noche, los días restantes lo harán ustedes.
– Sin embargo, quiero destacar el desempeño de ustedes cuatro – cuando me percaté de lo que había hecho, estaba junto al cuatro ojos, el inexpresivo Mitad–Mitad y el maldito Deku, siendo acosados por una mujer demasiado emocionada para tratarse de cuatro menores de edad – ¡Ustedes lo hicieron excelente! Supongo que se debe a su experiencia. – Mientras saltaba a nuestro alrededor.
– Me preguntaba hace rato, ¿quién es ese niño? – inquirió el nerd señalando a un niño al fondo. La escandalosa mujer comentó que se trataba del sobrino de la morocha. Como siempre, intentaba hacerse el amigable y recibió un golpe que de seguro lo dejaría sin descendencia. Al final nos hizo un favor.
– Mocoso – mientras me burlaba de la escena
– Es como una versión en miniatura de ti – comentaba el bastardo Mitad–Mitad tras de mí
– ¡¿Qué?! ¡Para nada! – acercándome a él – ¡Cállate maldito Mitad–Mitad!
– Fue solo una broma – con la misma inexpresividad de siempre. 

Solo Nosotros Dos 💥 🍰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora