26. Lo siento

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Todoroki

(Menciones de abuso y violencia)

Esa mañana me sentía apesadumbrado. Me sentía incómodo y vacío. Eran la cinco de la mañana, y no quise molestar a Bakugou; solo acaricié su cabello antes de irme. Una vez en mi habitación, la sensación no hizo más que empeorar. Los pensamientos acerca de mi madre siendo golpeada por mi culpa, hicieron que colapsara en el piso. Lo único que podía ver eran llamas carmesí, el reflejo de la luz contra las paredes del salón de entrenamiento luego de ser llevado a mi límite incontables veces desde que tengo memoria.

Sentía que toda la ira que tenía reprimida volvía a apoderarse de mí, y fue todavía peor cuando me miré en el espejo, y la cicatriz en mi lado izquierdo parecía arder desde adentro, recordando la quemadura y la posterior separación de mi madre; por mi culpa. Yo era la causa de que no estuviera con nosotros, y entonces pensé en mis hermanos; Natsuo y Fuyumi. Ambos debían odiarme. Por mi culpa tuvimos que estar bajo el cuidado de nuestro maldito padre... Mis músculos me dolían, sentía mi cuerpo rígido y pesado. No quería moverme. ¿Valía la pena convertirme en héroe a costa de mi salud mental?

El ruido en aumento del dormitorio me obligó a mirar el reloj. Restaba al menos treinta minutos antes de que las clases iniciaran. De mala gana, tomé un baño y me vestí. Al llegar a la cocina, casi todos estaban de salida; como un acto reflejo, mis ojos buscaron a Bakugou, pero por otro lado no me atrevía a verlo. No sabría cómo explicarle por qué no estuve ahí cuando desperté.

– ¿Dónde estabas? – su reconocible tono de voz me petrificó. No me atrevía a mirarlo a la cara.
– No tenía sueño y me levanté antes... – él permaneció en silencio, y era justo en este momento cuando deseé que estuviera gritando
– ¡Ustedes dos, apresúrense! – nos pidió Iida. Bakugou se adelantó, saliendo sin mirar atrás. El hecho de que no me hiciera más preguntas era evidencia de lo intuitivo que podía llegar a ser; sabía que le aculataba algo.

No quería ver a nadie. No podía... Regresé a mi habitación. Decidí comunicarme con el Prof. Aizawa quien poco después me esperaba en el área común. Luego de una breve conversación donde pese a no abundar en detalles le comuniqué que me sentía indispuesto para asistir a clases, accedió a firmar el permiso para mi salida.

Enfrentarme a mi viejo no era algo que ansiara hacer, pero si no lo hacía, seguiría arrastrando estos sentimientos indefinidamente.

Para esta hora debieron percatarse de que estaba ausente, en especial Bakugou. No quería que pensara que era su culpa, por lo que decidí escribirle: "Discúlpame por no dar una explicación más detallada esta mañana. Estaré con mis hermanos unos días." Me detuve porqué debía pensar cómo comunicarle esto sin preocuparlo y mucho menos hacerlo sentir responsable por algo. "Por bastante tiempo he estado lidiando con sentimientos de culpa, y no quiero que resultes afectados por ellos. Estar contigo es una de las mejores cosas que me han ocurrido en un largo tiempo, y eso me aterra, porque tengo miedo que todo se arruine..." Mis mejillas estaban húmedas. Estaba aterrado con tan solo imaginarlo. "... y porque no quiero perjudicarte, he decidido lidiar con mis problemas antes de continuar. Solo necesito tiempo para ordenar mis sentimientos. Ya no quiero sentirme vulnerable; por eso, aunque sea repentino, debo alejarme por un tiempo." No quería estar lejos de él, pero era lo mejor por el momento. Solo pensaba en abrazarlo, pero el sentimiento pronto se esfumó una vez el auto que venía por mí, me esperaba en la entrada de la Academia.

Una vez allí en la residencia, fui recibido por Hawks, el colega de mi viejo y héroe profesional. Eso solo indicaba que estaba aquí y que, por supuesto había recibido la notificación del Prof. Aizawa. Si bien la violencia física había cesado, la injerencia de su presión psicológica persistía, y no la toleraría más.

– ¡Hola, menor de los Todoroki! – Con un simple aleteo ya estaba frente a mí. Emanaba tanta energía que me hizo sentir agotado. Por suerte, no tuve que devolverle el saludo.
– ¡Shoto! – Fuyumi me abrazó al verme – Estuvimos preocupados cuando fuimos informados de que venías, ¿estás bien?
– Solo necesito reposo – respondí apenas audible.

Solo Nosotros Dos 💥 🍰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora