Bakugou
Tras la escena que vi desde las escaleras, me dirigí a mi habitación para terminar de empacar. Mis viejos estaban insistiendo en venirme a buscar para irnos de vacaciones a quien sabe dónde. Guardaba el último de mis suéteres cuando el bicolor hizo al fin acto de presencia en mi habitación.
– ¿Te aburriste de estar tomado de la mano con la cola de caballo?
– ¿Celoso? – abrazándome por detrás
– ¡Ha!, como si fuera competencia para mí. – Cerrando el cierre de mi maleta. – No me llega ni a los talones. – Dando la vuelta para estar frente a él.
– Eres lindo cuando estás celoso – pretendía darme un beso, pero desvié la mirada.
– ¿Ya terminaste de empacar?
– No. Aún no.
– ¿Cuándo vienen por ti?
– Creo que dentro de una hora – decía despreocupado mientras veía su celular. Era increíblemente holgazán cuando se lo proponía, y era cuestión de tiempo a que estuviera apurado por no tomarse el tiempo para organizar su equipaje.
– ¿Por qué eres así? – tomando sus mejillas, mientras intentaba apartar mis manos
– Quiero pasar más tiempo contigo – tomándome de la cintura, hundiendo su cara en mi abdomen.
– ¡Dormimos juntos anoche!
– Pero no es suficiente. No te voy a ver por un largo tiempo. – se quejaba, aferrándose aún más a mí
– Es solo por un mes – intentando apartarlo, hasta que una idea cruzó mi mente. – A menos que sea algo más lo que te retenga. – Sus manos se aflojaron a mi alrededor para luego encontrarme con una mirada expectante mientras acariciaba su cabello. – ¿Estás así por tu viejo? – y su silencio fue mi respuesta. Lo acomodé frente a mí – Aunque no estemos juntos, siempre nos tendremos el uno al otro – acariciando sus mejillas.
– Lo sé, pero te voy a extrañar demasiado – aseguró, colocando su mano sobre la mía. Está de más decir que lo extrañaría, después de todo, ahora me es imposible no pensar en él y las diferentes expresiones que hace cuando lo molesto, cómo me mira cuando estamos solos, sus abrazos empalagosos y cálidos, sus labios sobre los míos... ¡Maldición!
– Podríamos vernos antes de que inicien las clases – sus ojos se iluminaron. – Y por supuesto que tienes que llamarme todos los días, ¿entendido?
– Sí – besando mi mejilla. –Katsuki, mira – señalando hacia afuera. Había comenzado a caer la primera nevada del año.
– Genial, como si el clima no estuviera lo suficientemente frío. – ignorando mi comentario, el chico se levantó hacia mi ventana y como un niño, se sentó al pie de ésta para ver la nieve caer.
– Ven, siéntate conmigo
– Tienes maletas que empacar, ¿lo olvidas?
– Será solo por un momento – haciendo un ademán para que me colocara a su lado, haciendo uso de esa sonrisa a la cual me era imposible negarme.
– De acuerdo, solo por un momento – abrazándolo por detrás, mientras se dejaba caer de espaldas sobre mi pecho y colocaba sus manos sobre las mías. Solo estábamos sentados en silencio, mirando como los copos comenzaban a acumularse en pequeños montones en el balcón. De no ser por el molesto frío, sería un día agradable.
– Katsuki – pronunció rompiendo el silencio – ¿Crees que el asunto de Mineta ya esté resuelto?
– Me gustaría creer que sí – suspiré, mientras nuestros dedos se entrelazaban. – Por ahora, nos libramos de él por al menos seis meses – y estaba más que feliz por esa noticia. Sin embargo, estaría mintiendo si dijera que las palabras de Kirishima aún no palpitaban en mi pecho.– ¿Te despediste del Bakusquad?
– Ese cuarteto de idiotas no dejaron en paz hasta que les prometí escribirles– dije para mantenerlo al margen, y en parte era cierto, Pinky, cara de soya y el tomacorriente me insistieron hasta el cansancio, en especial estos dos últimos, para que los llamara al menos una vez a la semana.No quería que Shoto se sintiera culpable por algo que no era su culpa, ya bastante tenía con el molesto de su padre. Por otra parte, no tenía ni la menor idea de cómo serían las cosas con Kirishima a partir de ahora, pero esperaba que el tiempo separados aliviara las tenciones de la noche anterior.
Odiaba admitirlo, pero lamentaría que nuestra... amistad terminara así.
– Este año ha sido muy caótico – ahora era yo quien hundía mi rostro en su hombro izquierdo.
– Lo sé. – su mano reposaba en mi cabeza – Pero mientras estemos juntos, estaremos bien. – Levanté mi vista para detallar sus ojos pausadamente, percatándome de que los extrañaría más de lo que me atrevería a admitir jamás.Sintiendo como la ansiedad de nuestra breve pero inevitable separación comenzaba a invadirme, solo me limité a besarlo, siendo correspondido al instante. Nuestros labios se intercalaban como si el tiempo nos perteneciera, pausadamente. Nuestras narices topaban con sutileza y nuestra respiración calentaba nuestras mejillas en cada cabeceo.
Es increíble cómo pese a todo este tiempo, aún me costaba creer que aquel chico apático con el que competí en el festival deportivo sería tan importante para mí al terminar nuestro primer año en la Academia U.A. Como acaparó toda mi atención hasta convertirse en la primera persona que pienso al despertar y en la última antes de dormir. Estando con él siento que soy capaz de hacer cualquier cosa; que no me hace falta nada más.
Sin embargo, recordando que teníamos el tiempo respirándonos en la nuca, me separé de él o sin antes morder su labio inferior.
– Ven, te ayudaré a empacar – Le dije ayudándolo a levantarse
– De acuerdo – resopló, siguiéndome a la salida.No sé qué nos traerá el siguiente año, y considerando todo lo que pasó en este, me gustaría creer que será difícil de superar, pero tratándose de la clase donde se encuentra quien será el número uno, no descarto que los desafíos, para bien o para mal, solo serán más demandantes.
De lo que no me queda duda es de que, sinimportar a lo que nos enfrentemos, lo haremos juntos.
★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★
Me gustan los cabos sueltos...
Dato #68
De las cosas que más disfruté al escribir fue en la descripción de ambientes y emociones. ¿Qué tal lo hice?
...
Si te gusta lo que lees, no olvides dejar un comentario y una estrellita ★ :3
ESTÁS LEYENDO
Solo Nosotros Dos 💥 🍰
FanfictionSinopsis Uno cuya impulsividad sólo rivaliza con su explosiva personalidad; el otro cuya frialdad va más allá de su gélido don, consiguen complementar bastante bien las diferencias que los acercaron sutilmente más de lo que jamás imaginaron, afortun...