Kaminari
Estaba agotado, había corrido lo más lejos de los dormitorios para minimizar los daños, pero ¿a qué costo? Apenas podía mantenerme en pie y los rayos no dejaban de chocar contra mí una y otra vez. Si bien había aumentado mi concentración de energía, considerando la oscuridad en la que me encontraba sumado a una impredecible tormenta eléctrica, estaba en una grave situación de peligro si no redirigía la sobrecarga de energía antes de llegar a mi límite. Y pensar que hace apenas unas horas mi mayor problema era reparar una cámara de vídeo.
Algo me decía que tenía que hacer lo necesario para que, lo que sea que quisiera mostrarme, no fuera visto por nadie. Froté mis manos en el cobertor liberando pequeñas e imperceptibles descargas de energía que, tras unos segundos, se habían convertido en estática.
– Te mostraré – apenas encendió la pequeña pantalla del aparato, pude ver a Bakugou junto a Todoroki. A simple vista solo estaban hablando, nada fuera de lo común, pero, se trataba de un muy enojado Mineta, algo quería mostrarme digno de su desquite. Sin dar pie a ver algo que estoy seguro no era de mi incumbencia, sin siquiera llegar a tocar el dispositivo, este comenzó a distorsionar la imagen hasta apagarse. ¡Bien!
– ¡¿Qué le pasa a esta cosa?! – ¿por qué su voz sonaba tan gutural? – ¡¿Qué le hiciste?! – sus ojos verdes parecían salidos del juego de Dead Hollow, excepto que, en persona, y a tan poca distancia, era aún más aterradores.
– Debió ocurrir algún corto circuito – separándome de él. Su aura se había tornado muy pesada de repente
– ¡¿Qué acaso no tienes control sobre tu don?! – jamás había sentid tanto miedo de estar con él. ¿Por qué estaba tan interesado en molestar a Bakugou? ¿Por qué estaba tan molesto? ¿Por qué parecía otra persona?
– ¡Cálmate!, no es para tanto – sintiéndome acorralado
– No debí venir aquí – dirigiéndose a la salida – Descuida, solo quería darte la primicia, esto lo verán todos. – azotando mi puerta. Me dejé caer en el suelo, percatándome de que había estado conteniendo mi respiración. ¿Qué acababa de pasar?Al día siguiente, me acerqué a un malhumorado Mineta, quien se negaba a hablar conmigo.
– Lo siento. – sentándome a su lado en la cafetería. – Intentaré repararla, sabes que soy muy bueno con los dispositivos eléctricos. – En parte, si era cierto. Podía restaurar los circuitos de la cámara sin problemas – No estés enojado conmigo – y no dejar rastro de lo que contenía.
– ¡Ah! ¡Está bien! – gruñó – Pero si no la reparas, tendrás que comprarme el nuevo modelo. – Levantándose con su bandeja de comida. – Ve después de clases a mi habitación.Y como me indicó me acerqué a su habitación entrada la tarde, pero nunca recibí respuesta tras permanecer al menos diez minutos tocando su puerta.
– Kaminari, ¿quieres jugar? – Sero se acercó a mí con una pelota
– ¿Sabes en dónde está Mineta? – Acercándome a él
– Lo vi salir poco después de que llegáramos de clases – ¿Entonces para qué me dijo que viniera a su habitación? – Como sea, juguemos un rato. – Si de todas formas debía esperar por el regreso del pelimorado, supongo que podría distraerme mientras tanto.Pese a la prohibición, estábamos lanzando el objeto esférico en los pasillos donde estaban las habitaciones, y es que hacerla rebotar contra las paredes sin que tocara el piso era lo más desafiante y divertido que podíamos hacer en interiores, siempre y cuando no fuéramos descubiertos.
– Por cierto – deteniendo el curso de la pelota – he notado a Shinso algo distraído, ¿sabes qué le ocurre? – Yo también lo había notado, pero considerando lo que pasó con Monoma, seguro no era algo de lo que quisiera hablar.
– Sí, lo he notado, pero Shinso es muy reservado con ciertas cosas. – Ahora que lo pienso, parecía decaído.
– Entiendo – volviendo a lanzar la pelota que rebotó en la puerta de Shoji
– ¡Corre! – anuncié, corriendo al piso superior.
– ¡Atrápala! – lanzándola lo suficientemente lejos de mi alcance. Corrí lo más rápido que pude, y cuando pensé que perdería, no dejé que tocara el suelo
– ¡La tengo! – sin embargo, trastabillé, pero lejos de sentir el rígido suelo, me encontré con una superficie bastante cómoda, hasta que lo escuché quejarse. En el proceso de evitar nuestra caída, Sero alcanzó a lanzar su cinta, solo para que no pudiéramos movernos. Mi corazón comenzó a latir como loco.
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Solo Nosotros Dos 💥 🍰
FanfictionSinopsis Uno cuya impulsividad sólo rivaliza con su explosiva personalidad; el otro cuya frialdad va más allá de su gélido don, consiguen complementar bastante bien las diferencias que los acercaron sutilmente más de lo que jamás imaginaron, afortun...