Shinso
Caí al suelo por un certero golpe en mi garganta, convirtiendo en una tos seca el escaso aire que conservaban mis pulmones.
– Por eso debes cubrir tu garganta en combate, deberías ir al departamento de apoyo para que te den asesoría – comentaba burlón mi tutor mientras estaba de rodillas, recobrando fuerzas
– ¡¿Tenías que ser así de brusco?! – cuestioné enojado, con dificultad
– Si piensas depender tanto de tu don – Tomándome por el cuello de mi suéter – Deberías procurar que esté lo más resguardado posible. – Volviéndome a soltar. – Apenas rocé tu garganta, pero en una situación de mayor peligro, pudo haber sido una navaja que alcanzara tus cuerdas vocales, si no es que termina degollado. – Pronunció alcanzando con su arma de captura un par de botellas de agua. Sabía que lo hacía con intenciones de entrenarme no solo para el examen, sino en general, pero ¿tenía que ser tan tosco?
– Como digas – audiblemente molesto, solo para que me azotara en la cabeza con el par de cintas que rodeaban su cuello
– ¿No me estás tomando en serio? – Acercándose a mí – A tu edad, durante mis prácticas, ¿sabes lo que hizo mi tutor? – haciendo una pausa, imagino que para crear suspenso – ¡Roció gas pimienta en mis ojos! – mirando la sonrisa de desquiciado que ahora tenía, entendí por qué sus métodos son tan extremos. – Sí, justo esa expresión fue la que debí haber hecho mientras estuve como tú en el suelo, frotándome los ojos para deshacerme del ardor.
– ¿Y por eso repites sus satíricos métodos conmigo?
– Nadie dijo que ser héroe profesional sería sencillo, aunque puedes desistir si crees que es muy arduo para ti.
– ¡Por supuesto que no! – no permitiría que me subestimara. No me había pasado los últimos tres meses entrenando y estudiando como loco solo para que me desestimara. – ¿Qué sigue ahora? – Mi voz seguía entrecortada, pero no iba a rendirme. Él volvió a mostrarme esa sonrisa maliciosa a la que me había acostumbrado cada vez que me entrenaba.
– Sigamos ahora con el arma de captura – pidió mientras me dirigía a tomarla.El resto de la tarde, seguí practicando derribando objetivo y tomándolos con las cintas, aunque esto era más fácil en la teoría que en la práctica, confirmando que los seis años que le tomó perfeccionar esta técnica de combate, no eran exagerados.
– ¿Por qué decidiste ser profesor? – luego de ser azotado en la cabeza tras volver a fallar en mi intento por derribar una lata de refresco vacía.
– Sí, con frecuencia, yo también me lo pregunto – derribando todas las latas sin la más mínima dificultad. Presumido. – Es suficiente por hoy – y dicho esto, me dejé caer en el pasto, exhausto. – Ve a descansar. Hoy fue tu último entrenamiento antes del examen, aprovecha el día para repasar la teoría y veremos si dentro de dos días tienes lo suficiente para unirte al curso de héroes – alejándose de mí
– Ya lo verás – dije a media voz, con la mente llena de ideas, estrategias y un plan en marcha.Como dijo, tras terminar las clases de ese día, me dirigí a mi habitación y solo salía para comer. Ese día estuve repasando la teoría, y la estrategia que usaría al día siguiente.
– La suerte está echada – cerrando el libro de texto en mi escritorio, para por fin dormir. Aunque pese a mi cansancio, no pude conciliar el sueño de inmediato. Me sentía ansioso; los resultados por los que tanto estuve entrenando se decidirían en el examen teórico y la prueba física este fin de semana. Todo podría o no, cambiar radicalmente para mí, y ambos resultados eran abrumadores.Esa mañana, de camino al aula dispuesta para tomar el examen teórico, me llevé la sorpresa de ver una que otras caras conocidas, entre ellas, la de Ibara Shiozaki.
– Qué sorpresa verte aquí, Shinso – la amable chica se acercó a mí –No pensé que también aplicarías para estar en el cuso de héroes
– Sí, no pierdo nada con intentarlo – respondí
– Buena suerte – sonriendo antes de acomodarse en su asiento
– Igual – acomodándome en el asiento tras ella.
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Solo Nosotros Dos 💥 🍰
FanfictionSinopsis Uno cuya impulsividad sólo rivaliza con su explosiva personalidad; el otro cuya frialdad va más allá de su gélido don, consiguen complementar bastante bien las diferencias que los acercaron sutilmente más de lo que jamás imaginaron, afortun...