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Tercera hora: Tiempo de Horibe Itona.
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– ¡Itona! –
Repentinamente, había aparecido nuestro "compañero" de clase preparado para atacar a Koro-sensei.
– Primero cambiamos dramáticamente el campo, entonces atacamos. – dijo Shiro, mientras observábamos las movidas de la carpa en la que estaba Koro-sensei. – Es más fácil confinarlo y luego atacar. Cómo pueden ver tomé nota de sus tácticas. –
– ¡Shiro! ¿Estás detrás de todo esto? – exclamó preguntando Terasaka.
– Así es. Una vez perdió la confianza de sus estudiantes, sus movimientos fueron equivocados. Aunque si lo piensas, era más que claro que se trataba de una trampa, y el idiota cayó. – respondió.
– ¡Maldición! ¡Él es nuestra presa! –
– Siempre jugando sucio. –
– Eso se llama "ser adulto". – dijo.
Lo dicho por él me pareció confuso, aunque lo que más me interesaba era la diferencia que había en los tentáculos de Itona.
– Lo que tiene Itona en sus tentáculos, son afilados guantes hechos de material anti-sensei. Cada vez que sus tentáculos tocan los desnudos tentáculos de la criatura, continúa haciéndole daño. – respondió a mis dudas.
– Pero... ¿No se supone que lo que daña a Koro-sensei a él también le daña? ¿No estará sufriendo...? – pensaba.
Aunque sonara extraño, había una incomodidad en mi pecho que me hacía preocuparme por Itona, aunque haya intentado hacernos daño muchas veces, no sentía que esto estuviera bien.
Es mi compañero después de todo, ¿No?
– Parece que no es suficiente para acabarlo. –
Itona con sus tentáculos levantó fuera de la carpa a Koro-sensei, lo atravesó y mediante unas palabras que no supe reconocer lo lanzó al suelo para seguir atacándolo. Pareció frustrado un momento al ver que Koro-sensei lo esquivaba con facilidad.
– ¡Sí, muy bien hecho, Itona-kun! – elogiaba Koro-sensei. – Si estuviésemos en el primer encuentro, tal vez me habrías asesinado, pero tus patrones de ataque no han cambiado. No importa lo rápido que seas, ni siquiera tú fuerza, no importa cuántas combinaciones tu guardián haya creado, ni siquiera lo fácil que yo pierda el control, siendo nuestro tercer encuentro, puedo ver y adaptarme a tus patrones. – respondió.
