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Hora de visión.
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El calor era terrible y todos pedían ir a la piscina. Eri estaba sentada en la rama del mismo árbol de siempre, mientras miraba el cielo, ya que no tenía muchas ganas de ver a alguien a la cara.
Koro-sensei se dio cuenta que era la única que faltaba en el grupo, entendiendo el porque, le pidió a Karma a buscarla, este accedió y entró al bosque.
– Cuando no estés en clase, ya se donde voy a buscarte. – dijo el pelirrojo con voz burlona.
Eri se sorprendió al verlo, pero solo suspiró y volvió su mirada a las nubes. Karma se dio cuenta, así que subió el árbol y se sentó junto a ella.
– ¿Qué te pasó? – preguntó tomando de forma delicada la mano vendada de la chica, esta no respondió, escondiendo la mirada de él. – Con esta mano escribes... ¿No puedes...? –
Deducción rápida.
La chica asintió adivinando la pregunta, volteó viendo a Karma quien tenía una expresión pensativa, mientras acariciaba la parte afectada de la muñeca causando cosquilleo en esta, Eri pensaba en mil formas de que decir, pero sabía perfectamente que su voz iba a ser temblorosa y nerviosa.
– Yo... Mmh... – notó rápidamente la cara de sorpresa que tenía el chico intentando decir algo, suspiró tratando de calmarse. – Si puedo hablar... –
– Pero... ¿Tu no eras...? – Eri jugó nerviosamente con su mechón celeste.
– No... Yo tengo el trastorno de mutismo selectivo... es un trastorno de ansiedad que consiste en que las personas afectadas, en determinados circunstancias, pueden llegar a inhibirse de manera tal que parecen mudos. – explicó en voz baja.
– Eso quiere decir, que si podías hablar desde antes. – dijo procesando lo dicho, asintió. – ¿Por qué no lo hiciste? –
– Mmm... Hay diferentes situaciones, yo soy de las personas que solo hablan si se ven obligadas o listas para poder hablar... Takaoka-san iba a golpear a Kanzaki-san... Así que, la defendí... Supongo... –
– Así que ya no vas a ser tan callada como antes, Loli-chan. –
– Tal vez... –
Su voz dulce y con nerviosismo sonaba baja, haciendo un esfuerzo porque el chico le entendiera, mientras el de ojos cobre intentaba ver los ojos heterocromáticos de la chica frente a él.
