Biodistopía «Destino prohibido»

Capítulo 15 «Avance a través de la brecha lúmbrica»

Mientras tanto, la multitud se comenzaba a reunir en el aeropuerto marciano. Se daba lugar a una nueva y emotiva instancia. Era el tiempo de tomar una decisión, que hasta ahora había sido postergada, pero aquel momento había llegado. No podían ir todos juntos en un mismo crucero, ya que existía la posibilidad de que las cosas no salieran según lo esperado. Los cruceros podrían ser desintegrados, por lo que Joseph, entendiendo los lazos que habían brotado entre Ignacio e Isabel, tomó la decisión de ir separado de ellos, estando aquel momento cargado de emociones.

—Muchachos, esta vez estoy seguro de que no nos vamos a volver a ver. Las posibilidades de que después del salto quedemos en cercanía son casi de cero. Más bien, podríamos quedar a millones de años luz de distancia, por lo que esta es oficialmente nuestra despedida y quiero que sepan que ustedes han sido mi única familia en todo este tiempo que compartimos en la Tierra y lo que hemos pasado me hace solo pensar que debiese llamarlos «hermanos». Los quiero mucho —dijo Joseph con lágrimas en sus ojos.

—Está bien, hermano mío, no puedo hacerme el valiente —dijo Ignacio iniciando unos sollozos, no pudo aguantar las lágrimas mientras abrazaba a Joseph.

—Hermanito querido, donde estemos, vamos a estar bien. Nunca te olvidaremos y contaremos historias de nuestras aventuras. Tú haz lo mismo, para así mantener nuestra cofradía científica viva por la eternidad a las próximas generaciones —dijo Isabel haciendo sonreír a ambos.

—Ignacio, los restos de Aheila ya se encuentran en el SC-4, donde irán ustedes —dijo Paul entusiastamente.

—Yo iré en el SC-2 —respondió Joseph.

—¡Ignacio, Isabel, Joseph! —gritaron entre la multitud.

Eran Berta, Randy y su hijo.

—¡Qué alegría me da verlos nuevamente, chicos! —dijo Isabel mientras abrazaba a los tres.

—¿Dónde irán? —preguntó Ignacio

—Iremos en el SC-2 —respondió Randy emocionado de haber encontrado a sus amigos.

—Eso significa que quedaremos en el mismo crucero —dijo Joseph alegremente mientras remecía el hombro de Randy.

—Es momento de despedirnos, «profesores» —dijo Randy mirando resignadamente a Ignacio e Isabel.

—Así es, Randy. Espero que, donde vayan, vivan una larga y bondadosa vida —dijo Ignacio abrazando a Randy.

Aquel momento fue muy conmovedor, ya que una etapa de la vida de todos se empezaba a cerrar para dar pie a un nuevo comienzo, terminando de atarse los últimos cabos de amistad y amor. Todos se fueron al son de una sirena para posicionarse hacia los embarcaderos que los conducirían a las naves que los transportarían a su destino.

Ya estando cada uno en posición dentro de las naves, estas emprendieron vuelo y rápidamente cruzaron las nubes de un azulado cielo marciano, para salir sin problemas hacia la órbita baja, donde comenzaron a funcionar los propulsores fotónicos que los acercarían cada vez más hacia los cruceros que se encontraban orbitando en la órbita alta.

Fue un acople exitoso. El SC-2 abordó el crucero MC-1, mientras que el SC-4 abordó el MC-2, quedándose un crucero sin abordaje de pasajeros, resultando ser el que albergaba a los diez mil trabajadores que construyeron dichas naves en la órbita.

—Bueno, creo que el procedimiento lo conocemos, Isabel —dijo Ignacio mirando a Isabel, Paul, Peter y Dani.

Estos tres últimos parecían desconcertados.

—¿Qué es lo que harán estas naves aparte de andar por el espacio? —preguntó Peter.

—Harán mucho más que surcar el espacio. Verás, hacer eso es demasiado lento, inclusive si viajase a la velocidad de la luz. Ya que las regiones galácticas potencialmente habitables son escasas, literalmente tenemos que llegar a otra galaxia y eso no se hará siguiendo una trayectoria lineal. Tiene que ser a través de un salto por una brecha lúmbrica, para pasar al «Plano Lúmbrico», tras lo cual seremos transportados hacia otra galaxia, atraídos por la fuerza gravitacional del agujero negro supermasivo del centro de cualquiera sea la galaxia a la que lleguemos —explicó Ignacio.