Deambulan mis ojos por tu cuerpo,
meticulosos y precisos, ávidos de tentación,
como colonos desde siglos remotos;
Invasores con el pecho en rebelión.La piel, senda salvaje y derramada,
receptor fecundo y omnisciente,
crepita al fuego en llamaradas
del amanecer concupiscente.Explota el deseo en estallido,
mascarada y polución vacilante
que claudica como fuego vencido
y sucumbe ante un beso del amante.
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Mis insolencias (Retratos y latidos)
PoetryEl mejor retrato de una persona se obtiene al atender a cada locura que surge de su boca, tal vez a base de imprecaciones y verbos con vida propia. A veces sólo basta con dejar que el individuo divague unos minutos, incluso es posible que las insole...