MLP FanFic - Manhattan's Fire (RariJack/FlutterDash)

23- Llegada del día, y de alguien más

Naturalmente, la oscuridad, se volvió en día y entre las cálidas sabanas, AppleJack sostenía desde atrás la mano de Rarity, entrelazando sus dedos, descansaban en el abdomen de la pálida mujer, como un abrazo, la cama destendida, era tenazmente cómoda, y la diva, que había despertado un poco antes, no quería moverse ni un centímetro, recordando la noche anterior, estaba algo sonrojada, agradecida de que la rubia siguiese dormida, pues así tendría tiempo de rememorarlo, una sonrisa estaba pintada en su cara, pero, abrió sus ojos lamentablemente, pues, ella conocía a AppleJack, y todo lo que las personas decían de ella, no era mentira que la vaquera no era de las que duraba mucho con sus parejas, tal vez después de esto, la vaquera la seguiría tratando igual, tal vez, se valdría de la debilidad que había creado en la peli-morada para jugar con ella hasta aburrirse y buscarse a alguien más... tal vez, Rarity podría salir lastimada de todo esto...

No dejaban de rondar esos tristes pensamientos en la mente de la diva, que soltó la mano de AppleJack, para tomar la sábana y cubrirse hasta el pecho, sentándose sobre la cama, viendo a la vaquera, dormida a su lado, la dulce expresión tan relajada, le cautivaba, y sin perder esa melancolía, suspiró un poco, con una ligera sonrisa, al parecer, el plan de Rarity, sería salir de la escena después de eso, levantarse y no volver a caer en el momento, pero la Rubia no le dejó moverse un solo centímetro más, y con ambos brazos se aferró a su cintura...

— ¿Planeabas ir a algún lado linda?
— Ah... yo...

La vaquera, sabía como se sentía su linda compañera, y no quiso indagarle, pero, no quería por nada del mundo, que se alejara de ella, si alguna vez estuvo enamorada de ella, ahora sus sentimientos se encontraban a flor de piel, aprovechó de su fuerza para hacer que se acueste de nuevo y abrazarla, Rarity, sintiéndose muy cerca, se dejó envolver de ese cálido momento, y se recogió en el pecho de la rubia, donde se sentía cómoda, y en contra de sus propias dudas, muy segura y protegida...

La rubia, paseó su mano, en la espalda de Rarity, y le dio un suave beso en la frente, sin más movimientos inecesarios, solo dejaba que su mano subiera y bajara en caricias sobre la espalda delgada y suave de la diva...

Así se dejaron un buen rato más, que pasaba volando, ellas, no querían salir de esa cama, recordar el mundo exterior, no era algo que ahora mismo, tuviera mucho sentido, las niñas en casa de Rarity era un asunto olvidado, y los besos entre las dos se hicieron presentes, junto a algunos toqueteos que las despertasen un poco, pasionalmente, dando conclusión a cualquier necesidad que les hubiera quedado de la noche anterior, después de algunos quejidos y juegos matutinos, estaban contentas de amanecer la una junto a la otra, Rarity, dio la vuelta, y AppleJack nuevamente se enlazó a su espalda, algo, empezó a vibrar en el suelo de la sala, y la peli-morada, reconoció el ruido proveniente, se trataba de su celular sobre la mesa seguramente, el sueño le estaba ganando de nuevo, pero al contrario de quedarse dormida, un recuerdo llegó a su cerebro, despertándola de golpe, se incorporó sobre la cama, y estaba por ponerse de pié, cuando la mano de AppleJack la detuvo una segunda vez, por la muñeca...

— ¿Qué es eso tan importante como para que te levantes?
— Ah- es... pues- veras, quedé con...
— ¿Quién está llamando? ¿Es TrenderHoof?
— Pues... le prometí que...íbamos a salir hoy... de seguro es él...
— ¿En serio quieres irte Rarity? Aún prefieres estar con él...
— Yo... AppleJack... es que- tu sabes, bueno... yo te conozco y se que...
— ¿Crees que solamente estoy jugando?
— ¿No es así?
— Rarity, yo de verdad-

Un ruido, la detuvo de hablar, desde fuera, se escuchó la puerta de entrada, se trataba de PinkiePie entrando a la casa, siempre tan parlanchina y ruidosa, eso resultaba muy conveniente, pues ambas pudieron quedar advertidas de su llegada, pero, otros pasos, entraban con ella, sin saber exactamente quien podía ser, hasta que habló...