Parte 52

136 31 6
                                    

Zhan se levantó para sentarse a su lado mientras le ponía una mano en el hombro.

-Z: Nadie mejor que yo sabe lo que es eso, no lo estoy pasando muy bien pero cuento con ayuda, me basta con superarlo día a día, como también sé que depende de mí y solo de mí el conseguirlo, y lo lograré. No está bien que lo dejemos todo en tus manos para que te encargues de nosotros; por mi parte, intentaré ayudarte en lo que pueda, ¿de acuerdo amigo?

-Y: Me sumo a la propuesta, trataremos de hablar con él. En algún momento tendrá que regresar a casa, supongo.

-K: Muchas gracias a los dos, lo tendré en cuenta. ¿Y qué pensáis hacer en vuestras recién estrenadas vacaciones?

-Z: Me gustaría ir con YiBo a ver el barco de su padre mañana, ¡es precioso!, y muy grande, como una casa flotante y acogedora.

Este dio un respingo involuntario, ya se estaba mareando solo de pensarlo, lo que hizo reír a los otros dos al ver su cara de disgusto.

-K: Me encantaría acompañaros, espera que consulte mi horario, a ver si puedo saltarme algunas clases por la mañana. ¡Sí!, son teóricas, a primera hora de la tarde ya tendré los apuntes.

YiBo los miraba de soslayo al ver la ilusión que tenían los dos por la visita. En fin, tendría que hacerse el ánimo por su querido amigo y por su novio.

-Z: Además, nos llevarían los guardaespaldas en el coche, son majísimos. Ahora, cuando lo pienso, y aun a pesar de los pocos días que están conmigo, no sé qué haría sin ellos. Nos estamos haciendo amigos, buenos amigos.

El plan se estaba volviendo cada vez más apetecible y la ilusión se le contagió también a Yibo. Luego pasaron a las preguntas curiosas sobre los escoltas, que siempre acababan siendo el centro de atención por la novedad y las noticias sobre el noviazgo de Dani y su  madre. Por último, Zhan les contó la conversación que mantuvo con éste y Johnny en el restaurante, ambos estaban verdaderamente interesados escuchándole y, al acabar el relato, se quedaron tan sorprendidos como lo estuvo él. Ahora se lo explicaban todo, lo de su inmunidad en el barrio sin que las mafias lo tocaran. Tal vez nadie conocía su pasado pero, esas dudas, por si era la policía la que estaba detrás, eran lo que lo mantenía a salvo. A continuación, los tres estuvieron de acuerdo en hacer la firme promesa de que aquello no saldría de allí, Cheng no tenía que enterarse de nada, ni una palabra.

Se les habían pasado las horas sin darse cuenta y, si querían levantarse temprano, ya era tiempo de acostarse. Zhan llamó a Udo para que fueran a buscarlos y le indicó el itinerario, mientras escuchaba su risita divertida al otro lado del teléfono, acompañada de sus deseos de buenas noches.

Cuando estaban en la cama, le habló a YiBo de los proyectos para recuperar la empresa de su padre y que le iba a dar un poder notarial a Dani para que actuase en su nombre. Éste se alegró al oír aquello, estaba recuperando al antiguo Alex y se acordó de algo. Buscó en el cajón de su mesilla y sacó su vieja cartera, allí guardaba las tarjetas de visita de los abogados financieros que fueron clientes del club. Durante esas vacaciones irían a verles, tal vez aceptaran el caso. Esa noche se durmieron abrazados, pensando en que tenían ganas de bailar juntos en el "Angels in Heaven".

La excursión del día siguiente fue todo un acontecimiento para los chicos, hasta YiBo se entusiasmó siguiéndolos por todos los rincones del velero. Tampoco se mareaba como había supuesto, incluso se sorprendió al tener las mismas sensaciones que le describió Zhan cuando hablaron por teléfono. Mirar a lo lejos, hacia el horizonte, ver la llegada de los grandes cargueros al muelle, aquel trajín de barcos de muchas formas y tamaños que entraban y salían por la bocana del puerto.


ME ENAMORÉ DEL SEÑOR "MALA SUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora