FINAL - 2ª parte

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WANG YIBO

Cuando llegó con Dani su madre estaba en el restaurante, había ido a despedirse de todos y a dejar su puesto.

Al verlos entrar tan apurados se sobresaltó, acercándose inmediatamente con cara de preocupación para averiguar qué pasaba. La pusieron al corriente, tenían que irse a toda prisa antes de que empezase el tiroteo. Además, habían dejado solos a Zhan y a Kuan sin los guardaespaldas y sin que hubiese llegado aun la policía.

Tras comprobar que no había nadie en casa de Dani se desesperó, estaba seguro de que aquello era una mala señal y salió corriendo, seguido de los otros dos que le pedían que les esperase. Pero él no escuchaba nada, estaba obsesionado por encontrarlos cuanto antes y que estuvieran a salvo. Vio los furgones policiales que cerraban la calle y atravesó el cordón, desoyendo también las llamadas de Max que le estaba ordenando detenerse. 

Siguió adelante mientras éste lo sujetaba por el brazo, no podía pararle así que lo retuvo a su lado hasta llegar arriba. Cuando se dio de bruces con aquella escena entró en pánico: HaiKuan inclinado sobre Cheng que parecía estar muerto, llorando, un paso más arriba Xiao Zhan que también parecía estar muerto junto a Udo que lo sacudía y él no reaccionaba. Sintió que su corazón se detenía y que algo en su cerebro se desmoronaba. Después escuchó el disparo y vio como caía de bruces el proxeneta, al tiempo que su sangre se mezclaba con la de sus amigos y se deslizaba calle abajo, formando un siniestro y delgado río rojo por delante de sus pies. Se le nubló la vista y se le bloquearon los sentidos, por eso tuvo que agacharse, se iba a desmayar. Ya no podía más.

La policía se fue arremolinando sobre los matones poniéndoles las esposas y llevándoselos detenidos hacia los furgones, pero él había cerrado su mente a todo y a todos, estaba en shock y ni siquiera se dio cuenta de que Zhan gemía débilmente entre los brazos de Udo ni que alguien lo levantaba del suelo para alejarlo de allí, solo notó un dolor agudo por algo duro se le clavaba en el costado. Eran las placas del chaleco antibalas de Max que lo apretaba fuertemente contra él y lo dejaba después en los brazos de su madre, que también estaba llorando desconsolada.

Se abrazó a ella sin decir nada, sin hablar, solo deseaba morir con sus amigos, con Xiao Zhan, y escapar para siempre de aquel barrio infernal, en tanto que Max, creyendo entender lo que estaba pensando, le repetía una y otra vez que no estaban muertos.

Udo y Shun volvieron a por ellos para dejarlos en casa de Dani, pero YiBo lo único que tenía delante de sus ojos era la gran mancha de sangre que llevaba el guardaespaldas en su blanca camisa. Cuando intentó cogerle del brazo para llevárselos, la vio también en sus manos y empezó a gritar, le horrorizaba que le tocase. El único que consiguió moverle de allí fue Max, que dedujo por experiencia que estaba sufriendo estrés post traumático y le vendría bien pasarse por el hospital para que le atendiese un siquiatra, antes de que fuese demasiado tarde.

ME ENAMORÉ DEL SEÑOR "MALA SUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora