Parte 4

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Dani estaba en la oficina y tenía encima de la mesa dos trajes negros completos.

-Supongo que no tendrás ropa como esta.

YiBo negó con la cabeza.

-Espero que sepas hablar.

Alex soltó una risita.

-¡Desde luego que sabe!, ¡quiere conquistarme a mí!

-A mi niño ni lo toques si no vas con buenas intenciones. Te mataré si le haces daño.

-Nunca se lo haría, puedes creerme, te doy mi palabra. Es más, si consigo el trabajo, pienso cuidar de él de ahora en adelante.

-Ya tendrás tiempo de demostrármelo. Pruébatelos.

Le tendió los trajes y YiBo se quitó la cazadora y el sueter, debajo llevaba una camiseta negra.

-No me puse una camisa.

-Da igual, Alex te enseñará a arreglártelas con eso.

Éste le colocó la chaqueta encima y luego cogió un pañuelo de seda que había colgado en un perchero, se lo anudó al cuello con gracia y pasó las puntas por dentro.

-¡Wow!, exclamaron los dos al unísono,

-Esta noche te llevas a toda la clientela.

Le tocó el turno a los pantalones. Alex le miró las piernas, fuertes, musculosas, bien torneadas. Lo malo es que llevaba unas botas con hebillas que no le pegaban nada.

-No importa, dijo, vamos a marcar tendencia, se los subió un poco para que destacaran más, le quitó el pañuelo y le colgó una llamativa cadena de bisutería que le daba un aire descuidado, bohemio, con un toque de rapero muy personal... y YiBo sabía llevarlo. Le peinó el cabello ligeramente hacia atrás, dejando que un mechón le cayera sobre la frente.

-Listo, estás guapísimo.

-Ahora a trabajar, dijo Dani. No me defraudes, mejor dicho, no lo defraudes a él y señaló a Alex.

-Descuida, daré lo mejor de mí.

Cuando entraron en el bar, todas las miradas se posaron en ellos, los hombres más guapos que despertaban la envidia del resto de los acompañantes y atraían las llamadas de los clientes para que acudieran a sus mesas. El chulo aun estaba allí, esperando a YiBo y, al ver que ambos se dirigían a otro lado, se puso a vociferar reclamando su presencia. YiBo miró a Alex como pidiéndole que se tranquilizara, se fue hacia el otro y se inclinó sobre su oído:

-No te debo nada, ni siquiera me tomé una copa. Si quieres estar conmigo tendrás que venir aquí cada noche y comportarte como los demás, educadamente, cuando tenga tiempo te atenderé.

El proxeneta estaba furioso y levantó un dedo amenazándole:

-Algún día me las vas a pagar, esto no se va a quedar así.

Recogió sus pertenencias de la mesa y salió del local sin parar de soltar maldiciones.

Alex le preguntó a YiBo con preocupación:

-¿Crees que te hará daño?, no parece una buena persona. Le he visto varias veces por aquí pero no he hablado con él, casi siempre está con esos chicos de ahí atrás, parecer ser que no le gusto y los prefiere más rudos.

-No te preocupes, se manejarlo y a mí sí que me gustas, eres lo más mono y sexy que he visto en mi vida.

-Si sigues diciéndome esas cosas vas a acabar conquistándome, ¡niño malo!


ME ENAMORÉ DEL SEÑOR "MALA SUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora