EPÍLOGO

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Dani y la madre se subieron a uno de los coches indicando a Zhan y a YiBo que entraran también, iban a llevarles donde les dijesen.

-¿Me habeís estado tomando el pelo?, dijo mirando a Zhan.

-Yo no lo diría así, le respondió su madre, más bien te dimos un empujoncito para ayudarte pero, la paliza que os habeís propinado estuvo muy buena.

Ël sonrió de medio lado, no podía hacerlo del todo, le dolía la cara. 

-¿Te compraste este automóvil?, le preguntó a Dani.

-Por supuesto, tengo que pasear a mi prometida como es debido.

Él aun fruncía el entrecejo mientras la madre no dejaba de burlarse por su actitud tan infantil que los tenía a todos muy entretenidos.

-¿Qué es lo que te molesta?, le preguntó.

-No me dijiste nada.

-Si lo hubiera hecho, ¿qué habrías respondido tú? "No pienso ir a la boda, haz lo que quieras".

Tuvo que reconocer que tenía toda la razón de nuevo, nadie lo conocía mejor que ella por lo que no replicó nada y sólo hizo un gesto con la mano en señal de asentimiento.

-¿Me llevarás al altar?, Zhan acompañará a Dani.

-Si, como quieras, lo haré.

Esa respuesta le valió unos sonoros y efusivos besos y abrazos de su querida e ilusionada madre en su dolorido rostro.


-¿Puedo quedarme contigo, en tu casa?, preguntó mirando a Zhan.

-Me lo pensaré durante el trayecto, le contestó él entre las risitas disimuladas de la pareja mientras Dani arrancaba el coche.

Fueron en dirección al puerto de Tianjin Xingang y YiBo fue el primero en bajarse, corriendo después en dirección al barco, despidiéndose apresuradamente de los novios que lo miraban con cariño. Volvía a ser el de siempre y su madre no pudo reprimir las lágrimas de contento entre los brazos de Dani.


-¿En serio estás viviendo aquí?, le preguntó a Zhan, ¿puedo quedarme?

-Si, tu madre me ha cedido su parte pero, mejor no te dejo, te traería mala suerte.

-No puedes echarme, la otra  mitad del velero es mío.

-Pues entonces me marcho yo con ellos. Ya volveré cuando no estés.

-¿Y quién te ha dicho que me voy a ir?, también me gustaría que fuese esta mi casa.

-¡No me jodas!, ya me dijiste que me odias y que no querías volver a verme. Te será imposible vivir conmigo. Además, quiero salir a alta mar y necesito otro tripulante. Tú no tienes la licencia de patrón de yate.

-Toma, aquí esta, le dijo mientras le tendía una que se había sacado en el centro náutico de Shanghai Maritime. Sé pescar con redes y con caña, usar la radio, primeros auxilios, cocinar, limpiar; conozco las corrientes, las mareas, sé hacer mediciones y cálculos en millas marinas, leer las cartas nauticas y las rutas marítimas. ¿necesitas algo más para contratarme?

-¡Sí!, que no me hables ni te acerques a mí en una semana por lo menos, estás a prueba.

-Lo que tú digas, capitán, estoy a tus órdenes.

Zhan subió al barco sonriendo entre dientes mientras YiBo le seguía rezongando.

-¿Cuándo me vas a perdonar? ¿Una semana sin besarte?, ¿no lo podemos dejar en cinco días?, ¿o mejor en tres?

-No sé cuándo te perdonaré. Tampoco dije que puedas besarme.

-Vale, me portaré bien.


Habían llegado abajo y Zhan se quitó las botas de marinero para acomodarse en el sofá. Reconoció que habían bebido mucho y empezaban a molestarle algunos de los golpes que se habían dado, sobre todo el corte en los labios y el puñetazo en el estómago, por lo que se sacó la camiseta para ver si había moretones.

YiBo miraba atontado aquel cuerpazo que tenía ahora y no se lo podía creer, ¡estaba impresionante!, lo más sensual y atractivo que había visto en su vida. Seguro que Shun lo tenía bajo su supervisión para entrenarlo a conciencia. Cuando le dio la espalda, en el omoplato tenía un pequeño tatuaje; era un ala de ángel con unas iniciales encima, WYB. Él se apresuró a quedarse también con el torso desnudo para mostrarle el suyo, un par de alitas con sus nombres abajo.

Zhan no pudo evitar sonreír al ver este gesto y le pasó los dedos por encima mientras él se daba la vuelta. Estaban frente a frente; YiBo se inclinó hacia sus labios y los besó con suavidad. No se apartó.

-Deja que nuestro pacto entre en vigor dentro de una hora. Me da igual toda la mala suerte que puedas atraer, ni siquiera recuerdo lo que dije, no puedo vivir sin ella; ha sido mucho peor la que he tenido sin estar contigo. ¿Qué haremos mañana?, continuó, podemos navegar hasta Shanghai para recoger mi equipaje. También quiero presentarte a los de allí, son geniales y...

-Aún no te he visto como tripulante, le interrumpió, no se si acabarás por hundir el barco. Tal vez yo desee ir a completar mi tatuaje.

-Haremos todo lo que tú quieras, le dijo hipnotizado por sus jugosos labios.

Luego le tocó la cicatriz de la cara con cuidado mientras lo atraía hacia sí cogiéndolo por la cintura.

-También me estoy enamorando de esto.

-Cállate o te despido, hablas demasiado, le dijo mientras le pasaba los brazos alrededor del cuello para besarlo



                                                                                       FIN


                       


ME ENAMORÉ DEL SEÑOR "MALA SUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora