Parte 53

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Era un mundo muy distinto al que conocía y, en cierto modo, comprendió a su padre. Debía ser muy gratificante la sensación de libertad al salir a navegar a mar abierto, para después regresar a tierra firme atracando en cientos de países costeros, exóticos y misteriosos. Se tomaron unos refrescos en un restaurante frente al mar y charlaron largo y tendido con Udo y Shun, tampoco había tanta diferencia de edad entre unos y otros, 36 el primero y 38 el segundo. Eso le recordó que, la semana siguiente, era su cumpleaños, veintiocho, pero lo celebraría a finales de ésta, no podía haber nada mejor que hacerlo en compañía de Zhan, su familia y los amigos.

Regresaron a regañadientes, se lo habían pasado muy bien pero Kuan tenía clases y no querían que perdiese más. En el piso estaba Cheng, tumbado en el sofá, dormitando. Seguro que se había pasado la noche de juerga. Se despertó a duras penas al oírles entrar y trató de levantarse pero se volvió a caer para atrás. Su aliento olía mucho a alcohol y su voz sonaba pastosa, hablaba arrastrando las palabras, como los borrachos. Los tres se quedaron mirándole entristecidos, hasta que Kuan le preguntó por qué no estaba en el rodaje. No había llegado a su hora y lo habían interrumpido hasta el día siguiente, echándole un nuevo sermón. El productor le había dicho que ese era el último aviso y él ahora solo deseaba comer un poco y meterse en la cama, para acudir fresco y despejado al trabajo.

YiBo se enfadó con él, le reprocho su falta de profesionalidad y sus excesos, no tenía motivo alguno para comportarse así y, si no le gustaba la que hacía, estaba a tiempo de dejarlo y buscarse otra cosa.

Cheng se sujetó la cabeza con ambas manos, no le apetecía otra reprimenda y le prometió que iba a cambiar para zanjar el asunto y que lo dejase en paz.

-K: ¿Cuántas veces me has dicho lo mismo y no lo haces?

-C: Esta será verdad.

-K: Lo siento pero no te creo y, escúchame bien, tus problemas van a dejar de ser también mis problemas de ahora en adelante. Dentro de un mes me licencio y comienzo la especialidad y las guardias, ni siquiera podré venir a casa; no tengo más opción que tomar una habitación en la residencia de médicos y, si ellos se van a sus respectivos trabajos, te quedas solo.

Zhan sufría ante esta situación y trató de mediar hablándole con cariño y pasando el brazo por sus hombros pero Cheng lo apartó bruscamente. Esto hizo que YiBo se acercara para amenazarle.

-Y: No tienes ningún derecho a tratarlo así cuando solo quiere ayudarte, todos lo intentamos. Si no nos dices qué te pasa no podremos hacerlo.

-C: Discúlpame, le dijo a Zhan, disculpadme, necesito dormir, estoy cansado, muy cansado... de todo.

Se levantó tambaleándose y se metió en su habitación dando un portazo.

Los tres se miraron entre sí sin saber qué hacer ni qué decir. Algo se les estaba escapando de las manos y ninguno sabía cómo enfrentarlo. Kuan sugirió que le dejasen dormir, tal vez al despertar, cuando estuviese despejado, les sería más fácil entablar una conversación con él.

Prepararon la comida y guardaron algo para su amigo. En la mesa no estuvieron tan habladores y animados como de costumbre, tenían muchas cosas en qué pensar. Luego, ellos recogieron todo y limpiaron las cosas para que Kuan se fuese a la facultad y, un poco más tarde, bajaron a buscar un taxi para ir al bufete de abogados financieros. Aunque no habían llamado para concertar una cita previa, tuvieron suerte y les recibió el más mayor con un cálido apretón de manos, aun se acordaba de ellos. El club ya no era lo mismo sin su presencia, por algo eran los más guapos y atractivos del local, aunque ya sabía lo de su fama y logros en el mundo artístico. 

ME ENAMORÉ DEL SEÑOR "MALA SUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora