Parte 56

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-De todos modos, pensaba dejar el trabajo en el restaurante. El camino de ida y vuelta es lo que más miedo me da, nunca se sabe lo que te puedes encontrar en el trayecto, no hay muchos rincones donde esconderse. Y tampoco me agrada la idea de que Dani se quede solo; a fin de cuentas, yo he nacido y he vivido ahí toda mi vida, conozco mejor el barrio que ninguno de vosotros y sé que esto pasará, pero lo que no sé es cuándo.

-Y yo tengo que permanecer allí, le dijo éste, si consigo adelantarme a algunas ejecuciones y llamar a la policía para que los detenga, eso les mantendrá alejados y sin moverse durante un tiempo.

Tras escuchar estas palabras se quedaron pensativos y en silencio, dejando escapar un suspiro casi a la vez, ninguno lo tenía fácil y, aunque nadie lo dijo en voz alta, todos se acordaron del maldito proxeneta.

Johnny reaccionó el primero, estaban en una celebración y faltaban los brindis por la pareja de novios, por la adopción y por el chico del cumpleaños por lo que, descorchó unas botellas de champagne que fue sirviendo en las copas y que luego iba rellenando en cuanto se las bebían. Al final, los ánimos se volvieron a caldear y regresaron las risas y las bromas, como debe ser en todo acontecimiento feliz.

Por la noche, también festejaron el aniversario de YiBo en el apartamento todos juntos, estaba Cheng y no bebió demasiado. Charlaron un rato con él y parecía dispuesto a dejar todo lo que se tomaba, tendrían que esperar a ver si lo cumplía. Al menos fue una conversación amistosa en la que no estaba a la defensiva y, como siempre, acabaron hablando de los problemas en el barrio. En definitiva, lo que importaba era encontrar la forma de asegurarse de que sus familias estuvieran bien y no se les ocurría mejor modo que pasar por allí más a menudo, tanto como pudiesen. Al final, la alegría de estar reunidos de nuevo volvió y comenzaron los chistes, las peleas tontas y los achuchones hasta que se fueron a dormir.

Metidos en la cama, muy apretaditos, la enamorada pareja aun se dedicaron unas cuantas caricias y muchos besos, habían pasado un día estupendo y, si todo seguía así, seguro que les aguardaban muchos más por delante. Los cuerpos iban respondiendo a los estímulos, las respiraciones se agitaban y el corazón se aceleraba por la pasión, el deseo y el amor. Zhan se sorprendió muchísimo cuando le escuchó decir a YiBo que, en algún momento, él también deseaba experimentar lo mismo que le proporcionaba, es decir, si no era muy doloroso, estaba dispuesto a ser el de abajo. No pudo evitar soltar unas cuantas risitas divertidas al imaginarse a su amado maldiciendo, pero no, lo había dicho muy en serio y estuvo dudando un ratito, hasta que se le ocurrió empezar con todo su cariño y cuidado.

Le quitó la camisa del pijama mientras reía porque le notaba tenso; tan valiente que era para otras cosas y ahora le tenía a su merced, estaba asustado. Se puso encima suyo para besarlo por toda la cara, los pómulos, los párpados, la punta de la nariz hasta llegar a los labios que lamió suavemente primero y luego los succionó, para luego presionarlos con los suyos metiéndole la lengua, besos que iban aumentando en intensidad para propiciar la relajación y las respuestas por parte de YiBo que lo abrazaba, lo sujetaba contra él con sus grandes manos que le recorrían la espalda hasta detenerse en sus caderas, las presionaba contra su pelvis para acentuar los roces en su sexo.

ME ENAMORÉ DEL SEÑOR "MALA SUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora