Parte 48

133 32 5
                                    

YiBo le oía hablar y se estaba poniendo muy contento; en apenas dos días sin verse le notaba muy cambiado, parecía otro, tan animoso, riendo todo el rato, lo escuchaba embobado a través del teléfono.

-Regreso dentro de diez días y luego me tomo una semana entera de descanso, le interrumpió ilusionado y expectante.

-¿De veras?, ¿ya es seguro?

-Sí, está confirmado.

-Te prometo que yo también estaré aquí y me tomaré una semana de descanso, le dijo volviendo a reír feliz.

-¿Y cómo son?

Zhan no entendía la pregunta tan repentina y luego cayó en la cuenta.

-No sé cómo definirlos, lo distintos que son y lo compenetrados que están al mismo tiempo. Un alemán llamado Udo y un ex monje shaolin llamado Shun, ambos de casi dos metros de altura. Ya los verás si me hacen fotos, no pasan desapercibidos en absoluto.

La risa de Zhan se le fue contagiando al imaginarse a los escoltas, mientras se susurraban palabras cariñosas y se hacían promesas de amor eterno, hasta que les llegó el sueño y la larga despedida, ansiosos e impacientes por volver a estar juntos.

El trabajo les mantuvo ocupados para que la espera fuese más soportable, ¡querían decirse tantas cosas cara a cara! pero, sobre todo, estar en brazos el uno del otro.

Por otro lado, Zhan tenía a veces crisis de ansiedad debido a la abstinencia pero, Shun, dada su educación y dominio sobre la mente y el cuerpo, le enseñó técnicas de relajación, meditación y ciertos ejercicios físicos muy duros y completos que le ayudaban a la coordinación de ambos para obtener la perfecta armonía. Esto le proporcionaba además un buen tono muscular que completaban los tres juntos cuando iban a los gimnasios pero, lo que más le gustaba era, cuando se reunían en su habitación antes de irse a la cama y tomaban un gran vaso de leche aromatizada con canela y endulzada con miel, o con varias cucharadas de cacao soluble a las que él le añadía un poquito más, ¡adoraba el chocolate! Y las charlas que mantenían como amigos mientras trataban los asuntos y desplazamientos del día siguiente.

Una noche YiBo le llamó para decirle, todo entusiasmado, que había visto unas fotos por internet en las que salía él entre sus guardaespaldas camino del escenario para una actuación. Ahora tenía claro lo que intentaba explicarle sobre el contraste de ambos y todo lo demás. Estuvieron riendo un rato como tontos sobre varias cosas sin importancia, hablaron sobre el noviazgo de su madre y Dani del que ya se había hecho a la idea, contaron los días que les faltaban para verse, cuatro, solo cuatro... y después una semana entera para ellos dos.

Cuando Zhan iba de camino al apartamento ya sabía que YiBo estaba allí porque le llamó al aterrizar en el aeropuerto de Beijing; el trayecto se le estaba haciendo larguísimo y no paraba de agitarse y cambiar de posición en el asiento del coche ante la mirada risueña y divertida de Udo y Shun. Había engordado unos dos kilos y se le notaba, las ojeras casi habían desaparecido y también la ansiedad y el insomnio, era capaz de dormir siete u ocho horas de un tirón y estaba impaciente por mostrarle todos esos progresos a su novio. 

ME ENAMORÉ DEL SEÑOR "MALA SUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora