Parte 34

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Luego pasaron a comentar lo de la carta del bufete de abogados y YiBo empezó a sospechar, ¿acaso el presunto novio era Dani?, ¿cómo se había enterado de lo de la herencia pues? En fin, el tiempo lo diría.

-Estoy filmando una serie, ya lo sabes, y tengo que estar de regreso esta misma noche en el rodaje pero, como aun queda tiempo, podemos ir a ver lo que es antes del mediodía. Voy a llamar a los chicos para decírselo.

Primero habló con Zhan y este insistió en acompañarles, si no era mucha molestia, le hacía ilusión conocer a su madre. Kuan también se apunto, si no les importaba y para allá que se fueron los cuatro a buscar un taxi con las mascarillas y los disfraces.

YiBo y su madre entraron solos, los chicos esperaron afuera en la salita. El abogado era un tío envarado, serio que, con cara de circunstancias, les fue leyendo el testamento: era de su padre. Había muerto hacía menos de un mes, en una de las islas del mar de la China Meridional y les dejaba en herencia un barco velero. Madre e hijo se miraron con una mezcla de sentimientos, entre la sorpresa y la compasión. A fin de cuentas, YiBo ni siquiera se acordaba de su cara, apenas tenía un año o dos cuando se fue de casa dejándolos solos a él y a su madre y no volvió nunca más. Tampoco hablaban de él, ni para bien ni para mal, simplemente no estaba, era como si no hubiese existido en sus vidas. ¿Y qué iban a hacer ahora con un puto barco velero? El era incapaz de subirse a un bote en un estanque, se mareaba de la hostia. Aceptaron la herencia y firmaron todos los papeles, también les dio unas cuantas fotos para que pudiesen reconocerlo, estaba amarrado en el puerto de Xingang y podían pasar a verlo cuando quisieran, ya era suyo.

La madre no pudo evitar soltar un par de lagrimitas pensando en su marido. Estuvieron casados, se amaron y tuvieron a su hijo; ni siquiera pudo despedirse de él y ahora era viuda. HaiKuan le rodeó los hombros con el brazo y salieron de allí entre un montón de preguntas, emociones, curiosidad y excitación. Los chicos querían ir a ver el velero cuanto antes, apenas eran dos horas de viaje pero tuvieron que bajar de las nubes, Zhan tenía la sesión de fotos y a YiBo le esperaban cuatro de coche para volver al rodaje.

-No te preocupes, le dijo la madre, mi amigo me llevará a verlo y te lo contaré enseguida.

HaiKuan fue a recoger a Zhan a la salida del reportaje fotográfico. Quería hablar con él a solas, sin interrupciones. YiBo había regresado a continuar con la serie porque estaba cansado. Una vez allí, intentaría dormir un poco antes de continuar.

Tomaron un taxi y fueron a un restaurante algo alejado del centro para cenar. Durante la velada, Kuan le preguntó por su trabajo, estuvieron hablando un rato sobre ello y se dio cuenta del ritmo imparable que llevaba y, lo más preocupante, era que lo quería así. Le preguntó por su salud.

-Estoy bien.

ME ENAMORÉ DEL SEÑOR "MALA SUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora