Parte 3

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Estaban tocando una melodía lenta y Alex se abrazó a YiBo pasándole un brazo por la espalda y el otro alrededor del cuello. Juntos, eran la pareja más atractiva de la pista de baile y de todo el local. Al tenerlo tan cerca YiBo se dio cuenta de lo guapo que era. Ojos castaños rodeados de largas pestañas, naricilla recta, algo respingona, pómulos marcados, piel suave; los labios, perfilados, sensuales, jugosos como fresas maduras, cuando hacía graciosos mohines o desplegaba su hermosa sonrisa, invitaban a besarlos todo el tiempo, como si no hubiese nada más importante en el mundo y... lo hizo, puso los suyos sobre los de él como si una fuerza irresistible lo empujase a ello. Alex se retiró un poco hacia atrás, no parecía contrariado ni molesto.

-Señor YiBo, ¡soy un chico!

-Lo sé, pero tu boca me atrae, me invita, no creo que me olvide de ella nunca. Luego hizo un gesto de dolor, el estómago le estaba matando.

Alex lo tomó de la mano y lo llevó hacia el almacén. Allí estaba el dueño en un pequeño despacho, revisando papeles y haciendo cuentas. Se saludaron con camaradería y confianza. Era un señor agradable, elegante, muy cuidado, hasta llevaba la manicura hecha. Debía sobrepasar un poco los cincuenta.

-Te presento a Dani, dijo Alex, este es YiBo y necesita que lo ayudes. De momento, quiero pedirte permiso para ausentarme una hora, tengo que llevarlo a comer algo aquí al lado, luego me quedaré hasta el cierre.

-Está bien, ya sabes que no puedo negarte nada. A la vuelta pasad de nuevo por aquí, lo pondremos a prueba a partir de esta noche, que se vaya fijando en ti para que vea cómo es el trabajo. ¿Estás de acuerdo, chico?

YiBo afirmó con la cabeza y le dio las gracias.

Ambos salieron al burguer que estaba en la esquina, Alex pidió una hamburguesa gigante, doble de patatas, refresco y postre. YiBo lo devoró todo, ni siquiera se acordaba de la última vez que comió así. Alex le decía que se lo tomara con calma, no le fuera a sentar mal. Comenzó a sentir curiosidad por él, su vida tenía que ser realmente dura y ¡era tan joven!

-Dime, ¿cuántos años tienes?

YiBo no podía hablar, estaba con la boca llena y le mostró primero dos dedos y luego tres

-Veintitrés.

Él asintió y luego le señaló.

-¿Cuántos tengo yo?, cumplí veintinueve hace poco.

YiBo abrió los ojos.

-¿Me veo más viejo?, sonrió Alex.

YiBo tragó acompañándose del refresco para poder contestar. -Al contrario, pareces de mi edad, no es que haya una gran diferencia pero, ¿sabes una cosa?, siempre me han gustado las mujeres maduras. Si tuvieras algunas arruguitas alrededor de los ojos, aun me gustarías más.

Dijo esto desplegando una enorme sonrisa que a Alex le pareció preciosa, le iluminaba toda la cara.

-Gracias por tus cumplidos pero, recuerda que sigo siendo un chico.

-Ya lo sé, es evidente. ¿Y qué quieres decir con eso?

-Que a ti te gustan las mujeres.

-Y tú también me gustas. Estaba pensando en conquistarte, en enamorarte para practicar mi trabajo en el bar, si es que al final lo consigo.

-¡Nos salió bromista el niño!

-No bromeo, cuando me conozcas mejor notarás la diferencia.

-Entonces, ¿piensas tomarte en serio lo del trabajo?

-No tengo nada, ni perspectivas de conseguir algo a corto plazo y pienso tomarte en serio a ti. Algún día te pagaré el favor que me has hecho hoy, no lo voy a olvidar.

-También tengo que advertirte que, entre la gente que me conoce, excepto Dani que es como un padre para mi, tengo fama de atraer la mala suerte y eso, a veces, me tiene acomplejado.

YiBo soltó una carcajada.

-No te preocupes, yo, durante los últimos meses de mi vida, creo que la tengo toda, no me puede caer más. Piensa que, a partir de ahora, si estamos juntos, solo podemos ir hacia arriba.

-Tenemos que marcharnos, contigo se me pasa el tiempo volando.

Alex pagó y, al salir, YiBo lo llevó hacia el callejón pegándolo a la pared.

-Me estoy enamorando de tu boca.

Depositó en ella un largo y cálido beso que hizo temblar las piernas de Alex. ¡Caramba con el crio!, pensó, besa como los propios ángeles.

ME ENAMORÉ DEL SEÑOR "MALA SUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora