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T/n.

Después de manejar unos minutos, llego a la escuela. No hay nadie, ni un solo auto, la verdad no me esperaba este lugar tan vacio, algunas veces que eh venido en los fines de semana encuentro algunos autos. Camino a la acera, entro en la escuela y me dirijo hacia la biblioteca, sigo caminando, hasta que llego. Entro, paso por las mesas en donde se encuentran algunas montañas gigantes de libros. Llego hasta donde olvide mi bolso, lo recojo y me lo cuelgo por el hombro.

Salgo de ahí, camino por los pasillos de vuelta a mi auto, hasta que unos inaudibles murmullos me detienen. Creo que provienen del salón de matemáticas, siendo sincera, odiaba a ese profesor, hace unos días avisaron que vendría uno nuevo, ya que este lo tenían que jubilar.

En fin, me devuelvo hasta el salón donde provienen los murmullos. La puerta está entre abierta, así que me asomo un poco para ver de quien se trata el nuevo profesor. Abro la puerta lentamente, encontrando a mi nuevo profesor sentado en su escritorio.

—¿Tae?

Levanta la mirada—¿T/n?

—¿Que haces aquí?

—¿Tu que haces aquí?

—Vine a recoger unos libros—alzo mi bolso.

—Yo vine a revisar unas calificaciones—alza algunos papeles. 

—Ah...

—Veo que le quedaste a deber algunas tareas al profe—menea la cabeza mientras me ve de pies a cabeza.

Puedo ver en su mirada que no me ve normalmente, si no que parece estar viéndome con lujuria, y al parecer algo de placer. ¿Como lo se? Así me miraba cuando follamos.

—Bueno pues—no se me ocurre una maldita excusa—Es que las matemáticas se me dan como el culo—no me queda otra opción y le digo la verdad.

—Pues si es así se te han de dar muy bien—me examina nuevamente, a la vez que muerde su labio—Ven...

Toca su muslo. Obedezco y me dirijo a el, me sujeto de sus hombros y me siento en su regazo, el me toma de la cintura y me susurra.

—¿Y si te doy una clase en privado?—logra decir entre jadeos.

—La aceptaría, ah—gemi al sentir su gran erección chocar contra mi intimidad.

—E-entonces, ah, comencemos.

Quito el saco que tenía y lo dejo en algún lugar del salón, yo comencé a quitar su camisa, tae tomo el borde de mi blusa, alce mis brazos para ayudar a quitarla, me levanta y me recarga en el escritorio. Desabrocha mis pantalones al igual que yo, los quita y los deja en una banca. En ningún momento dejamos de besarnos, si no lo contrarío, intensificamos el beso, lo tomo del cuello y lo acerco más a mi. Quita una de sus manos en mi cintura, la dirije a su pantalón y los baja. Dejando ver una gran erección a través de la delgada tela de su bóxer.

—Abre las piernas—murmura entre gemidos.

Obedezco, las abro y el toma mi ropa interior, la quita lentamente hasta dejarme descubierta ante el. Se inclina.

—¿Que vas a–Ah...

Su lengua invade mi intimidad, empieza a moverla y a chupar mi piel, su lengua es demasiado ágil, invade cada espacio de mi, lo único que hago es solo gemir, jadear y gritar ante toda la excitación. Tae entierra su cabeza, hasta que su lengua toca mi parte, la parte que desde que empezó a hacerme el oral, quise que llegará.

—T-tae, ah...oh cielos...

Su cabeza sube y baja, sus grandes manos en mis muslos, su lengua recorriendo cada espacio de mi, eso es suficiente para que lo manche de mi liquido blanco, el lo toma. Alza su cabeza y se limpia con su antebrazo. Me vuelve a besar, después me toma de la cintura y se sienta en su silla. Me acomoda en su regazo y entra.

—Ahh...—gime.

Empiezo a saltar encima de su erección. Lo tomo del cuello y lo beso para tratar de callar sus gemidos. El pasa sus manos a mi sujetador y lo quita, para después chupar mis pechos. La coordinación es perfecta, mis movimientos se vuelven cada vez más rápidos, a la vez que el me impulsa a hacerlo tomándome de la cintura, su lengua recorriendo de mis pechos a mi cuello, sin duda dejaría marcas, al igual que yo a el. El orgasmo se acerca, haciendome senrir una ola de emociones, Tae me avisa que se correra, así que acelero mis movimientos. Hasta que se corre dentro de mi. Ninguno de los dos habla, nuestras respiraciones están agitadas.

Tae coge su camisa y me la da para cubrirme un poco—Gracias.

Se acerca y me besa. Sale de mi, y toma su ropa, hago lo mismo y pongo mi ropa interior al igual que el. Le devuelvo su camisa y pongo la mía.

Ya estando vestidos. Me doy cuenta que en serio dejo marcas en mi, ahí varías en mi cuello y mis pechos, eso hace que el ría.

—Prueba de que eres mía—me guiña el ojo.






Mi Sexy Profesor [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora