Lo eres todo [Jimin y Tu]

I hate u, i love u - Capítulo 39

—La terminación de una relación amorosa mayoritariamente es a causa de las mentiras. Una mentira puede matar.
—____.

—Te escuchó.
Habló ____ sentándose en un sillón de la enorme sala...

—Yuna, por favor lleva a Hye a su habitación y quédate con ella.—habló él a la niñera, ella simplemente asintió e hizo lo que Alessandro le pidió—Vamos a mi oficina.

—No sé si no te habías dado cuenta pero... Yo no soy una inversión tuya.
Contestó ella...

Alessandro respiro profundo...
—Cálmate.

—¿Qué le hiciste?
Cuestionó ella mirándolo a los ojos...

—Vamos a mi oficina, por favor.

—¡No!
Negó gritando...

—____. Por favor, cálmate. No necesitas gritar.

—Contéstame algo... —Se puso de pie—¿Haz matado a alguien?

—Si. Porque han hecho cosas malas, se lo merecían.
Contestó él justificándose...

—Dime la razón de ¿Por qué los mataste?
Cuestionó ella sin dejar de mirarlo a los ojos...

—Ya te dije, se lo merecían.

—Se más concreto, quiero la
versión larga. ¿Haz matado a alguien injustamente?... Mírame a los ojos, y respóndeme. ¿Haz matado a alguien injustamente?

Alessandro simplemente la veía a los ojos, sin darse cuenta le estaba afirmando a ____ lo que acababa de preguntarle...

—Te voy a confesar todo.

—¿Me conociste el día de mi accidente? ¿Hace tres años?
Cuestionó ella repentinamente...

Alessandro trago saliva, desvió la mirada unos segundos y despues volvió a mirarla...
—No.—de los ojos de ella comenzaron a salir lágrimas, lágrimas que iba secando poco a poco—Pero yo... —ella lo interrumpió—

—¿Desde hace cuanto me conoces?
Cuestionó ella...

—Desde... Después de un mes que llegaste aquí a Corea. Te conocí porque mi hermana era practicante de tu escuela... maestra.—cada que las palabras de Alessandro seguían, más lágrimas de los ojos de ella caían—Te seguía para todas partes, mi gente te seguía a todas partes, te cuidaba, sabía el infierno en el que vivías en tu casa... —Ella lo interrumpió—

—¿Y también sabias que me habían vendido a Jimin?
Cuestionó secando sus lágrimas...

Él bajo su mirada...
—Si.
Afirmó...

—¿Qué le hiciste?
Cuestionó ella...

—Vamos a mi oficina, no puedo dejar que Hye escuche esto.

—Ella está en el maldito cuarto.
Respondió repentinamente...

—Lo sé. Pero hay mucha gente en casa y... —Lo interrumpió—

—Siempre hay mucha gente en casa.

—Solo... Vamos a... —Volvió a interrumpirlo—