CAPITULO 33

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LISA

Mamá seguí guardando mi móvil en su habitación, quería saber que sucedía seguramente tiene que ver con Jungkook, hizo algo muy grave ya que desde muy temprano ella y Taehyun fueron a ver a los Jeon y hasta ahora no regresan, además le pidió a Jimin que me vigile y no me deje salir de casa.

Paseaba por el jardín intentando entretenerme con algo, era difícil salir en estos días; más con Milán a puertas. Vi muchos paparazzi fuera de casa durante toda la semana, y el la universidad no han sido del todo discretos.

Cualquier cosa que hacía salía en los medios, fotos en la cafetería, entrando al aula o bailando en el salón de prácticas. La fama iba en aumento, al igual que el estrés de lidiar con todo eso. Horarios estrictos impuestos por mamá eran difíciles de cumplir, pero no tenía otra opción. Jisoo me ayudaba a manejar la vida privada y el trabajo, era una experta y un vivo example de como te consume el mundo del entretenimiento. Jennie hacía su papel de hermana mayor y vigilaba a Jungkook cuando intentaba acercarse, hubiera deseado que estuviera ayer para escuchar todo lo que dijo.

Y, por último, pero no menos importante, Rosé, ella si que era mi máximo apoyo en la universidad. Conoces a esa persona con la que haces clic desde el principio, pues si, así era ella; se podría decir que éramos muy íntimas. Definitivamente el viaje a Tailandia nos unió más y ahora cada una tenemos una concepción d la otra. Un camino, una elección; una hermandad.

La puerta de entrada se abría de par en par y el auto de Taehyun aparecía, impecable como siempre, ese BMW rojo que conquistaba a todas, pero tenía dueña. Mamá bajaba un poco más calmada a comparación de cómo se fue en la mañana.

-Pórtese bien joven Jeon, caso contrario será la última vez que le permita entrar a la casa.- en la parte trasera estaba él, sacaba la cabeza por la ventana como si se tratara de un perro- Lalisa, tu prometido quiere hablar contigo, sé directa y no temas a decirle lo que piensas.

-Yoo... -dijo Tae rascando su cabeza- Yo me voy

Pasaron 10 minutos y al fin decidió bajar del auto, se plantó firme pero su mirada seria no duró mucho y comenzó a reír. No entendía que rayos pasaba, pero me hacía gracia verlo así.

- "Amante fogoso" -dije y capté su atención- Cuando nos casemos seré yo la que mande, ¿te parece?

No podía con el tono de su rostro y peor aún con la expresión que puso, la vergüenza lo mataba y no tenía lugar donde ocultarse. Sin duda era lo mejor que tenía frente a mí. Jeon Jungkook me rompiste el corazón, pero aquí estás, haciendo es ridícula acción que me enternece y provocarte abrazarte muy fuerte. El rostro de conejito apenado ganaba sobre mi enojo, pero debe mantener el semblante. Por lo menos sé que se me pasará pronto y tal vez podamos empezar de nuevo antes de lo solicitado por mis padres.

-Deja de ponerte rojo tomate y vamos a la casa del árbol.

-Iría, pero ahora la compartes con Kunpimook- el puchero quebraba mis delgadas capas de ira y mandaba señales a mi cerebro para agarrar esas mejillas enrojecidas- Además, mi suegrita prohibió que estemos a solas por un buen tiempo, tal vez en Milán pueda romper esa barrera.

-Entonces, ¿A qué has venido? - si su plan era venir y no decir nada, era una pérdida de tiempo.

-Vine porque quiero pedirte una disculpa, fui un idiota, desde lo de Ji Eun, hasta lo de anoche, no debí mandarte una foto del mini Jeon.

-¿Qué hiciste qué? - ahora entendía todo, mama seguramente está borrando todo material para adultos de mi teléfono, como siempre un ángel que me cuida.

CORAZONES DE PAPEL - LIZKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora