CAPITULO 20

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LISA

Desear que algo sea solo tuyo es lo más egoísta que una persona puede pedir, pero cuando se trata de la persona con quien compartirás una vida era diferente, por eso cada noche pedía que Jungkook sea bueno, sea leal y sobre todo esté conmigo y para mí, así como yo seré con él. Me sorprende que hasta ahora esté portándose bien, si por algo es conocido entre los medios, es por su cambio progresivo de pareja, lo bueno es que nadie sabe de nosotros, temía que algún día salga con alguien más y luego la prensa me acabe con algún artículo ridículo.

Pero no es mi caso, aunque el no lo demuestre sé que me quiere o por lo menos eso pienso yo, hay ocasiones como esta, en las que somos los dos y no importa el resto, en esos momentos siento que él es completamente mío y que debo dejar las cosas fluir tomarlo de verdad y darlo todo, justo hoy quiero hacerlo, quiero que entienda que me tienen en sus manos, que es él pero me lo está haciendo difícil.

Después de salir del establo se portó serio y trato de decirme algo, pero no pudo, divagó varias veces hasta que decidió que volviéramos a las cabañas, no puedo evitar verlos desde la puerta, habla por teléfono a lo lejos y eso me preocupa un poco, siento un vibra negativa, preocupante. No sé qué ha sucedido, pero debe ser importante, ahora viene hacia mi y no luce como hace un par de horas, ¿A dónde se fue el carismático Kook?

-¿Sucede algo?- necesitaba saberlo, su rostro no me da buena espina y tengo dudas de mil maneras en mi cabeza.

-Es mejor volver-se limitó a decir – Necesito terminar algo que me está asfixiando, después de eso todo estará bien.- definitivamente algo ha pasado y por alguna razón me afecta mí, o quizás no. Pero sea lo que sea está entrando en mi chip de la locura. – Te irás primero, no es bueno que te vean llegar conmigo.

-Dime que pasa Jungkook, no me agrada nada este misterio que intentas mantener.

-¡Maldita sea Lalisa hazme caso y punto! – Su ceño fruncido no avizoraba nada bueno, no me quedó otra opción que alistar mis cosas y salir a ver el auto privado del aeropuerto que Jungkook mandó a pedir para mí.

No entendía que hice mal, pero me sentía regañada. Todo el camino miré por la ventana del avión, veía un puchero en el reflejo de la ventana y me preguntaba quien podía verse tan horrible después de un lindo día, pero el recuerdo de Jungkook molesto me hacía llegar a mi realidad.

No quería saber nada del mundo en ese momento, con sumo cuidado y sin que nadie me vea, salí de la sala de arribos para ir a la zona de Taxis, pedí que me lleve a la empresa para más seguridad, necesitaba obtener las nuevas fotos para decidir si mi concepto era el adecuado.

Me sorprendía que en fin de semana hubiera alguien que atienda; como siempre el guardia tenía turno y como me llevaba bien con él me dejo visitar en estudio de mamá. Las fotos estaban regadas por toda la mesa así que vi cada una de ellas.

Jisoo como siempre se veía como una diosa, elegancia, belleza, sensualidad; no cabía duda de que si mi carrera fuera a largo plazo como la de ella desearía acercarme un poco a su posición, pero como es obvio para todos, mi carrera en el modelaje llegará hasta los 24.

El chofer de la compañía al parecer estaba en servicio, subí al auto y esperé a que este arranque, pero no lo hizo, solo se limitó a ver por el retrovisor.

-A la mansión Manoban por favor

No recibí respuesta de su parte, seguía teniendo esa mirada posada sobre mí, cunado me percaté, su sonrisa era un tanto extraño, parecía un lunático. Fui ahí cuando lo super, ese no era un chofer normal, ni siquiera trabajaba aquí, llevaba un uniforme de una floristería.

CORAZONES DE PAPEL - LIZKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora