CAPITULO 2

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LISA

Pensaba que el camino iba a ser largo y callado, pero fue imposible para mí no parar de hablar con Taehyun, Jungkook por el contrario se limitaba a conducir y de vez en cuando lanzaba miradas por el retrovisor. Eso me hacía sentir un poco incomoda, al principio pensé que era para ver a los de más automóviles que venían tras del nuestro, pero eso idea se borró de mi cabeza cuando lo hacía más seguido y tenía sus ojos puestos sobre los míos.

¿Cómo llegamos aquí? ¿Qué paso con la amistad que algún día tuvimos? ¡Ah sí !, él se encargó de arruinarla esa noche. Desde ahí, no he podido verlo a los ojos o cruzar palabra con él, no sé cómo lo logré cuando salí de la sala de arribo.

-¿Qué tal el viaje? - Al fin decía algo - ¿Fue cansado? ¿Comiste bien?

-¡Fantástico! - Dije- No veía la hora de volver.

-¿En serio? - Preguntó - Y ¿Qué has extrañado más de Seúl?

-A mamá, papá y Tae por supuesto

-¿Nadie más? -Buscaba una respuesta concreta, pero yo no se la daré

-A Hyun Ji ¡Obvio! -Sabía que lo ofendería, pero la verdad entre él y Hyun Ji, mi nana era la que tenía mi corazón completo

-Basta Jungkook - dijo Tae mientras reía- Lisa te odia y nunca sabremos porque, pero en el fondo, muy en el fondo tienes espacio en su corazón. - Tae disfrutó todo el camino a casa mofándose de Jungkook, quien cada vez se veía más irritado.

Seguramente la familia tenía preparada alguna bienvenida, se muy bien como son; así que si no es hoy será en los próximos días; muchas personas que no recuerdo o conozco vendrán a ver como la pequeña Manoban ha florecido en estos dos años.

Desde que entré al internado solo he venido para vacaciones, una o dos veces, pero este último año preferí no hacerlo, primero porque si mis padres querían verme lejos pues les daría el gusto y no los visitaría, segundo porque me llamó la atención las actividades extracurriculares que teníamos en el internado y tercero, sabía que si vendía debería que ver a Jungkook, digamos que no estaba con ánimos de verlo y hacer como si nada hubiera pasado.

Tal vez para él fue un simple beso, pero para mí no. Pensé que lo había superado y con el tiempo sería fácil olvidarlo, pero cuando me besó aquella navidad un sentimiento de miedo apareció y lo detuve, pero; después simplemente dejé que siga. Aun no sé porque lo permití, pero ese día algo se encendió y apagó al mismo tiempo.

La enorme reja de hierro se abría delante de nuestro automóvil y un guardia decía algo a través de su intercomunicador. Los jardines no cambiaron, allí seguía el sauce en donde Kunpimook y yo sellamos nuestro amor de niños. 

La casa del árbol lucía como nueva, seguramente papá la remodeló con Taehyun. Las hojas secas anunciaban el inicio del otoño y no podía estar más emocionada, el clima parecía estar perfecto, pero sé que probablemente vendría un frío infernal para el atardecer.

Hyun Ji asomó su cabeza por la puerta principal, la madera lucía como nueva, el marco de la puerta siempre fue mi favorito, jamás llegué a entender como hicieran esas pequeñas formas curveadas. Mi casa, al fin. Esta vez es para siempre, esta vez me quedaré sin importar lo que me digan, en 4 meses cumplo 18 y no podrán obligarme a nada. Desde hoy marco mi destino, ya no soy más la niña de hace un año. Se que es poco tiempo, pero vivir lejos me sirvió para cambiar mi forma de pensar.

-¡Hyun Ji! - grité y corrí a abrazarla dejando la puerta del auto abierta

-¡Niña Lalisa! - exclamo Hyun Ji mientras me rodeaba con sus brazos- ¡Al fin en casa! -Mis lagrimas empezaron a correr, Hyun Ji era como mi segunda madre y tenerla aquí todavía era una gran alegría para mí.

CORAZONES DE PAPEL - LIZKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora