Capítulo 9

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La piloto volvió a salir y se encontró a Diana vestida y preparada para lo que supuso que era un entrenamiento. Las grandes manos que normalmente sujetaban una raqueta, sujetaban ahora la carta amenazadora que predecía su muerte, y por el movimiento de sus ojos.

Mera se dio cuenta de que la estaba leyendo de nuevo. Clark estaba de pie junto a la barandilla de la terraza, contemplando el agua con cara de preocupación. Mera nunca haba visto a nadie que pareciera un espíritu tan libre como Diana Prince, y eso solo con la acción estar sentada. ¿Quién quería matar a un apersona por eso?

—¿Todo arreglado? —Diana levanto los ojos del papel que tenia en la mano y sonrió a Mera.

Ya había recibido cosas así con anterioridad, pero esta gente parecía algo mas organizada que el resto. Al final de la hoja habían puesto una lista de sus torneos para señalar los distintos lugares donde podían alcanzarla.

—Si, gracias. Debería dejar que vuelvas al trabajo. Tengo que hacer el equipaje y buscar un sitio donde alojarme en el pueblo. —Mera retorció con las manos la camiseta prestada que llevaba puesta y espero a que Diana se alejara.

—¿Por qué?

—¿Por qué, que?

Clark se fue de la terraza y se encamino a la pista cuando las oyó iniciar una conversación.

Mera se imagino que Diana y él habían discutido mientras ella usaba el teléfono y que no había un claro ganador. O tal vez se estaba imaginando cosas y proyectando la pelea que sabia que la estaba esperando en la casa de al lado en las dos personas cariacontecidas que había aquí.

—¿Por qué te vas a alojar en el pueblo cuando yo tengo tres habitaciones para invitados que están vacías? Prometo portarme impecablemente, capitana, si me hacer el honor de ofrecerme tu compañía esa noche.

Hasta el invito a cena fuera, para que no tengas que sufrir mis artes culinarias dos noches seguidas. —Diana susurro algo en el oído del perro y este se acercó y se plantó ante Mera. Levanto la pata y la agito ante la menuda pelirroja, intentando que se fijara en él.

—¿Ves? Hasta Abby quiere que te quedes. Incluso te llevo al aeropuerto por la mañana. Soy una taxista excelente.

—Bueno, no me voy a quejar si quieres volver a cocinar para mí, eres una cocinera estupenda. ¿De verdad no te importa que me quede contigo? —Mera le rasco la cabeza a Abby mientras miraba a Diana.

—No te lo habría ofrecido si me importara. ¿Quieres que te acompañe y te ayude a recoger? —Diana no iba a pedir explicación alguna de por que Mera no se marchaba con Gail, pero anoche había ocurrido algo y quería asegurarse de que Mera estaba bien.

—No, ponte a trabajar antes de que seas Clark el que no quiera que me quede. —Mera se daba cuenta de que Diana no quería que se marchara sola después de la escena de Gail de la noche anterior. Su relación había muerto, pero Gail nunca se había mostrado violenta, aunque a ella tampoco le apetecía tener una gran pelea. —¿Qué tal si me llevo a Abby y los dos nos reunimos contigo en la pista cuando acabe? Como nunca he conseguido entradas en el lateral, esto va a ser todo un regalo para mí.

—Silba si necesitas que vaya. —Diana tiro la carta amenazadora en la mesa y se agacho para coger sus raquetas. Kara no tardaría en llegar apara empezar la sesión y Diana quería terminar temprano para poder pasar la tarde con Mera.

—No se si puedo silbar tan fuerte.

—Se lo decía al perro. —La frente arrugada de la pelirroja le indico a Diana que estaba intentando averiguar si lo decía en serio o no.

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