Over Again I y II. [TERMINADA]

12. Parte II

Camila's POV

—No te lo puedo creer—Bufé al ver una alta congestión de vehículos justo frente a nosotros—no llegaremos nunca con la comida.

—Por lo menos estaremos 40 minutos aquí, mira hay un accidente—Me apuntó. Habían chocado dos camionetas de frente—¿crees que al gordo le guste su juguete?.

—Claro que sí, a él le gustan los animales—Sonreí—no me gusta cuando les compras tantas cosas, es que no es tu deber.

—Lo sé y lo hago porque quiero, no porque lo sienta una obligación—Con su mano tomó mi mentón—lo hago porque les tengo mucho cariño, me hacen feliz.

—¿Por qué quedarte con nosotros?, tenemos una historia que aún no ha sido terminada. Tú eres soltero, mírame a mi, tengo tres hijos que criar, ¿para que intentar algo conmigo?.

Se quedó callado unos minutos, al parecer algo le pasaba porque miraba hacía adelante con la mirada perdida mientras apretaba sus labios. Me asusté y también me sentí culpable de haberle preguntado.

—No me hagas caso, ya mejor hablemos de otra cosa—Traté de remediar. Pero seguía en silencio—¿Paulo?.

—No sé si contarte esto, no es fácil para mi—Soltó sin mirarme.

—No me cuentes si no quieres, tranquilo. No debí preguntar nada, olvidemos eso ¿si?.

—Cami, no sé si contarte. Es algo que no me hace feliz, no sé, tal vez no quieras seguir conmigo.

—Paulo no pienses eso, si no estás listo entonces no lo hagas, no me cuentes.

—No...está bien que lo sepas—Suspiró y volvió su mirada a mi—dos años después de que termináramos hubo algo que lo cambió todo...después de eso todo fue de mal en peor y no imaginaba que encontrarme contigo sería tan positivo para mi después de todo lo malo.

—¿Qué pasó?—Hablé en un tono suave. No sé aún que pasó, pero al parecer le afectaba demasiado.

—Oriana y yo queríamos un hijo, ella siempre quiso ser madre y yo siempre quise ser papá—Apretó sus labios—pero lo intentamos y no pasó nada. Fuimos al médico a hacernos exámenes, ya sabes, para saber si algo no andaba bien y entonces lo supimos...yo no puedo ser papá.

Sus palabras me aturdieron. Sus ojos se cristalizaron y unas lágrimas asomaron pero rápidamente las quitó, ahora entendía porque su apego hacía los niños, porque siempre trata de darles en el gusto y porque quiere tanto al Maxi.

—Paulo, yo...

—Nunca lo podré ser, y ella quería ser madre porque sentía que ya estaba en la edad correcta—Pasó sus manos por su cuello—y yo no podía cumplirle. Las cosas se pusieron mal y unos meses después se fue, la entendí porque no podía ser egoísta y pedirle que se quedara. Por eso disfruto tanto con ustedes, los niños son lo más adorable y cerca de ellos me siento bien...siento que nada falta.

—No pienses que estás solo, nosotros te queremos y también disfrutamos estar contigo—Me sonrió.

—Hacen que mi vida sea mejor, en especial el gordo que es todo un personaje—Reímos—Cami yo te cuento esto porque quiero ser sincero, no quiero que después pase lo mismo que con Oriana. Aunque si quisieras dejar esto hasta acá yo también entiendo, ya sabes, tal vez quieras ser madre de nuevo y yo no...

—Cariño, no es necesario—Me miró atento—yo me siento bien contigo y no me importa nada. Sigamos como siempre, juntos.

Unos 45 minutos después pudimos irnos a casa. Entramos y el Paulo se fue con los niños a jugar con los nuevos juguetes que él les había comprado y yo me fui a la cocina para servir la comida que habíamos traído cuando la señora Gladys entró.