—Camila, no te puedes ir—Puso sus manos sobre mi maleta—Por favor, dame una oportunidad de explicarte todo.
—¿Que me vas a explicar?, ¿que me amas tanto y que soy tan importante para ti que así lo demuestras?—Le quité sus manos y seguí metiendo ropa.
—Pero esto lo podemos arreglar, mira llevamos 6 años juntos, esto lo podemos superar.
—Te importó bien poco llevar 6 años conmigo—Rodé los ojos—deja de hablar tanta hueá. Tú fuiste el que decidió que todo esto terminara así.
—No digas eso—Me miró apenado—yo nunca te quise hacer sufrir, fue una hueá tonta, lo juro.
No le respondí y terminé de arreglar la segunda maleta. Solo me llevaría mis cosas, las que he conseguido yo misma, los regalos que él me ha hecho no se irán conmigo porque no quiero tener nada material que me recuerde a él.
—¡Por la chucha, no te puedes ir!—Gritó—Por favor, mi amor—Se arrodilló frente ami—dame una oportunidad—Me abrazó las piernas.
—Erick, basta—Le dije al borde de las lágrimas—ya no sigas.
—¿Como quieres que te deje ir tan fácil?, eres el amor de mi vida Camila—Me abrazó más fuerte—no quiero quedarme sin ti.
—Tú lo decidiste—Le reproché—Ya, párate.
—Te prometo que nunca más pasará algo así—Comenzaba a llorar—Pero por favor, dame una oportunidad, no quiero perderte.
—No—Le dije con un hilo de voz—Esto se acabó para mi y no pienses que te voy a perdonar que me hicieras algo así—Ahora era yo quién lloraba.
Lo alejé de mi y saqué las maletas para cargar mi auto, él seguía mis pasos pidiéndome perdón y jurando que no se repetiría pero yo solo quería terminar de cargar todo y desaparecer de ahí porque verlo así de desesperado me rompía el corazón y me daban ganas de perdonarlo y borrar esto pero no es tan fácil.
Por último cargué mi computador y mis chaquetas, me subí al auto y miré la casa por última vez. No llevábamos tanto tiempo viviendo ahí, pero la habíamos escogido con tanta ilusión de poder vivir largos años juntos, alguna vez pensamos en tener hijos y criarlos en una casa como esta pero eso ya era parte del pasado. Vi que salía para acercarse así que decidí acelerar y tomar rumbo.
Empecé a llorar de nuevo, porque ahora entendía que todo se había acabado definitivamente. A pesar del dolor sé que no quiero volver ahí, ya lo hizo una vez y de acabar volviendo siempre estaría con esa incertidumbre de que en cualquier momento puede volver a pasar.
Le mandé un mensaje a la Dani y obviamente aceptó recibirme en su casa.
—Mi chanchita—Me abrazó cuando entré—tranquilita.
—Te juro que no sé como pasó todo esto—Me senté en el living para volver a llorar como magdalena.
—Ya no busques respuestas—Me volvió a abrazar cuando se sentó a mi lado—tú te mereces lo mejor y nadie, ni siquiera el Erick, te puede hacer sentir que no vales.
—No sé que voy a hacer ahora, amiga—Sollocé—No quiero irme, pero tampoco quiero volver a Chile con mi familia y tener que explicarles todo esto.
—¿Como que no sabes que harás?—La miré extrañada—Salir adelante po, mensa. Mira, yo sé que será difícil porque llevan muchos años, pero tú eres independiente, inteligente, una mina la raja que pudiera estar con cualquier hueón.
—Es tan difícil, no entiendo nada—Me tapé la cara con las manos—no sé que pensar o que hacer. Nunca me imaginé en esta situación.
—Nadie piensa que le va a tocar a una, mi bebé—Me tomó el hombro—este no es el fin de tu mundo, es una piedra en el camino y así como lo has hecho siempre, saldrás adelante con una sonrisa y esa actitud tuya que es tan positiva que contagia a los demás.
Las palabras de mi amiga me llegaron a tocar una fibra muy profunda dentro de mí, sabía que tenía que salir de esto, no sería fácil pero tenia que encontrar la manera de sobre ponerme y tomar las riendas de una vida nueva para mí.
—Sabes que puedes quedarte el tiempo que quieras—Me extendió un vaso con agua—mi casa es tu casa, mi bebé.
—No sé que haría sin ti—La abracé.
—Ya no llores más, no vale la pena. Ordené pizza y papitas para que copuchemos y veamos pelis a ver si se te pasa un poquito la pena—Me abrazó—ya, anda a bañarte mientras yo arreglo todo.
Le hice caso y me fui a bañar con agua caliente, miré mis párpados hinchados de tanto llorar, ahora mismo no tenía nada que envidiarle a un panda. Me puse pijama y me fui a la pieza de mi amiga que me esperaba con comida chatarra y Netflix.
Reímos largas horas y sentí que fue la mejor terapia. Por horas me olvidé de lo sucedido y solo me dediqué a conversar de otras cosas con ella y a comer como desquiciadas.
[...]
Al otro día desperté a las 11:30 AM, estaba sola en la casa de la Dani porque ella tenía universidad hoy. Miré mi teléfono y tenía 30 llamadas perdidas del Erick y un montón de mensajes que no iba a contestar. Le marqué a la Feña y le conté todo lo que pasó, no lo podía creer y me ofreció tomar un avión para acompañarme pero me negué porque estaba en la casa de la Dani y no quería sentirme tan patuda de llevarle más gente, al menos que consiguiera un departamento.
—¿Aló?—Me contestó Max, quién era algo así como un manager para mí.
—Maxi bebé, ¿como estás?.
—Camilita, milagro que me llamas. Todo bien, ¿y tú?—Estoy super bien, ahora soy una gorreada.
—Bien, oye bebé necesito un favor.
—Sabes que cuentas conmigo, solo dime que necesitas.
—Necesito que me ayudes a encontrar una casa aquí en Italia pero lejos de Florencia—Suspiré—Lo más lejos posible.
—Seguro que si, pero ¿todo bien?, ¿el Erick sabe?.
—Max, él y yo ya no estamos juntos—tragué saliva— por eso quiero irme de esta ciudad.
—No te preocupes, Cami. Encontraré algo para ti, ¿segura no quieres devolverte a Chile?.
—Estoy segura, no quiero que se enteren de esto por allá. Además sabes que aquí tengo más trabajo que por allá.
—Bueno, eso es verdad. ¿Todo bien contigo?.
—Yo estoy bien—Sonreí como si me estuviese viendo—Solo quiero empezar de cero lo más pronto posible.
—Ahora mismo empezaré a hacer las llamadas y te estaré avisando de todo, ¿bueno?.
—Eres un amor, y solo te pediré una cosa más; por nada del mundo le cuentes a nadie sobre esto y menos al Erick.
—Tranquila, mi fidelidad está contigo mi bebé. Me pondré a hacer eso ahora y te estaré llamando a penas encuentre una casa bonita para ti.
—Te adoro, eres el mejor.
—Lo sé, mi bebé.
Corté la llamada y entró una del Erick, miré el teléfono hasta que dejó de sonar. Siento que puedo volverme loca de pena pero al mismo tiempo no puedo permitírmelo, no ahora, no por él.
Camila contéstame por favor😩
no me dejes🥺☹️
Erick⚜️Volvió a marcar y otra vez no le contesté, quería paz mental así que decidí poner mi teléfono en modo avión por un rato. De lo contrario quizás acabaría contestándole y no me lo podía permitir.
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Over Again I y II. [TERMINADA]
Novela Juvenil-"¿Y si esta vez funciona?. Vamos de nuevo, no perdemos nada."