Over Again I y II. [TERMINADA]

8. Parte II

Camila's POV.
El Erick no había sido titular, pero habíamos quedado en que iríamos igual para que estuviese con los niños así que temprano los subí al auto y me fui hasta Florencia. Cuando llegué se abrió el portón y una vez que estacioné, salió de la casa rápido y me ayudó a bajar todo lo que llevaba.

—Les echaba tanto de menos—Tomó al bebé en brazos mientras los niños se sentaban a su lado en el sillón.

—¿A la mamá también?—Miró a la niña, luego a mí.

—Claro que sí—Sonrió un poco. No dije nada ni hice alguna mueca—vamos afuera para que vean lo que les compré.

Les había comprado una cama elástica gigante y un centro de juegos con columpios y todas esas cosas. Los niños estaban felices, y de seguro ahora no se querrán ir. Me senté en unos de los sillones a mirarlos mientras jugaban con él y me sentí apenada y algo culpable, porque en toda la semana no hubo un día en que no me dijeran cuánto lo extrañaban y cuánto extrañaban su casa con patio gigante y piscina, me sentía muy culpable de habérmelos llevado tan bruscamente pero era lo mejor, aunque no lo entendieran ahora.

—¿Qué piensas?—Se sentó a mi lado.

—Nada importante—Corté.

—¿Cómo has estado?—Me miró tiernamente, maldita sea.

—Bien, no hay problemas—Encogí mis hombros—los enanos te extrañan mucho así que agradecería que te des cinco minutos en las noches para llamarlos antes de que se duerman.

—El otro día me olvidé, disculpa—Asentí—yo también los extraño y sobre eso me gustaría que habláramos.

—Te escucho.

—Me gustaría que vivieran aquí en Florencia, no tan lejos en Turín. Si tú quieres, podemos ver una casa que no quede tan lejos de aquí, no importa el precio yo me haré responsable así que puedes escoger la que quieras—Sonrió—no quiero que ellos crezcan sin mí, y yo no quiero perderme la oportunidad de verlos crecer.

—¿Puedo pensarlo?.

—Claro, y a penas tengas una respuesta házmela saber. Ahora hay otra cosa de la que quiero hablarte...

—¿Algo más?.

—No solo quiero que vivan cerca para estar con ellos, esto también es por ti—Mi corazón se aceleró—yo tengo claro lo que hice, pero tampoco puedo estar lejos de ti.

—Erick...

—Déjame terminar—Interrumpió—eres la mamá de mis hijos y yo no puedo imaginarme la vida lejos de ti, no puedo borrar lo que hice pero quizás con el tiempo podamos empezar de nuevo y esta vez para siempre.

—No sé, ya te he perdonado suficiente. No quiero que los niños crezcan a veces con sus papás juntos en la misma casa y tiempos en que la mamá se los lleva a otra, no es justo para ellos.

—¿Y tú que es lo que quieres?—Me miró.

—Yo solo quiero vivir tranquila, y si esa tranquilidad le encuentro lejos de ti entonces estoy dispuesta a aceptarlo.

—¿Y si no fuera así?—Se acercó aún más a mi, mi cuerpo comenzó a temblar cuando estábamos tan cerca que sentí su respiración chocar con mi cara—yo sé que ambos nos extrañamos, no te imaginas cuánto te extraño a diario.

Y dejé que me besara sin más. Lo extrañaba tanto a pesar de todo, supongo que más de lo que imaginaba, tanto que no me importó perder mi dignidad. Sólo nos separamos por falta de aire.

—Te amo y no te imaginas cuánto—Acarició mi mejilla con su mano—prometo ser lo mejor para ustedes.

—¿Y si no lo cumples?.