Over Again I y II. [TERMINADA]

Capítulo 35.

Camila's POV
Había vuelto del evento hace tres días a la casa que compartía con Paulo y todo era distinto en comparación a cuando me fui. No sé si era producto de su lesión pero ahora estaba enormemente irritable y cualquier cosa le molestaba al punto de no medir sus palabras con los doctores y kinesiólogos ni conmigo.

Había optado por dormir en otra pieza porque por las noches era imposible dormir. Todo le molestaba; la televisión, las sábanas, le molestaba si yo estaba muy cerca pero también si yo estaba muy lejos.

—Ya te dije que no quiero nada—Mustió.

—Tomar tus medicamentos es una obligación, Paulo—Repetí por quinta vez tratando de no descontrolarme.

—Pero no quiero, ya déjame dormir.

—Son las tres de la tarde, creo que has dormido lo suficiente.

—Me rompes las pelotas, ¿lo sabias?—Me lanzó una mirada llena de furia para luego acomodarse en la cama de forma brusca.

—Estás tan desagradable—Reclamé—Si no quieres tomarlos allá tú, después no te quejes.

Le dejé los medicamentos y un vaso de agua en el velador y salí de la pieza. Respiré y conté hasta mil una vez que cerré la puerta para luego bajar a prepararme un mate, necesitaba estar lejos de él.

Su madre había tratado de comunicarse con él pero le fue imposible así que opté por llamarla para que estuviese más tranquila.

—Nena, ¿porque no ha contestado mis llamadas?.

—Lo siento señora Alicia, ha estado muy cansado después de sus terapias—Mentí.

—Yo pensé que estaba así después de que supe que su ex novia lo había ido a visitar, es que siempre que habla con ella se pone idiota.

—¿Su ex novia?—Que yo sepa no había recibido visitas.

—Supe que fue a verlo hace unos días, ¿no lo sabías?.

—Para ser honesta no, yo estuve fuera unos días y cuando volví estaba irritable y ha estado así desde que llegué.

—Lo siento nena, tal vez no debí decirlo—Se oía avergonzada y nerviosa.

—No se preocupe, ahora entiendo un poco lo qué pasa—Suspiré—a penas despierte le diré que la llame.

—Te vuelvo a pedir perdón nena, te agradecería que le dijeras que me llame. Te mando besos y estamos hablando.

Ahora comprendía un poco las cosas, supongo que estuvo aquí en algunos de los días en que yo estaba en Florencia. Siento que no puedo reclamarle y la verdad es que no siento celos pero si me molestaba que por su visita ahora yo tenía que soportar sus cambios de humor.

—¿Serias tan amable de decirme qué pasó?—Me miró confundido.

—No sé de qué hablas.

—Vino tu ex, ¿verdad?—Su cara y su nerviosismo me lo confirmaron antes que su boca.

—No...no.

—Tú mama me lo acaba de decir, a quien por cierto no has querido escuchar. Está preocupada por ti, ¿qué pretendes?.

—No pretendo nada, ahora la llamaré—Tomó su teléfono.

—No me has respondido lo que te pregunté.

—Te dije que no.

—¿Me vas a decir que tu mamá es mentirosa?.

—Ya basta Camila, al fin y al cabo es mi casa.