Over Again I y II. [TERMINADA]

16. Parte II

Camila's POV

Hace 2 meses que recuperé la tranquilidad, volví a trabajar, volví a dormir en paz, volví a sentir que todo iba bien y que nada me faltaba. El Paulo compró una casa nueva, ahora vivimos todos juntos en Turín y a los niños les encanta aunque no hay un solo día en que no se acuerden de su papá o me pregunten por él.

Hace unos días que no he sabido nada del Erick, no me ha llamado ni mandado mensajes para saber de los niños; es como si se lo hubiera tragado la tierra. Esto no es normal en él, me llama diariamente, aunque en las últimas llamadas parecía triste, divagaba un poco, se veía desordenado y me hacía pensar que no la estaba pasando nada de bien.

—Erick, contesta—Murmuré sentada en la cama con el móvil en mi oído, pero no hubo respuesta.

—¿Crees que algo le pasó?—Preguntó el Paulo entrando en la habitación.

—No sé pero me preocupa, no ha llamado y no contesta—Volví a marcar esperanzada, pero recibí la misma respuesta; buzón de voz.

—¿Quieres que llame a la policía?.

—No—Respondí—prefiero ir personalmente, solo quiero corroborar que todo está bien.

—Ve, yo me quedo con los niños pero cualquier cosa me llamas, ¿bueno?—Asentí—espero esté todo bien.

Salí rápido y me subí al auto, en menos de 5 minutos ya estaba en la carretera rumbo a Firenze con el pecho apretado y una sensación constante de preocupación. Me trataba de distraer pensando que quizás había tenido sesiones de entrenamientos muy cansadoras y que estaba durmiendo o que simplemente le había fallado el celular o estaba descargado. Intenté muchas veces en el trayecto marcar para tratar de conseguir respuestas pero no hubo ningún cambio y el camino se hacía interminable.

Cuando me detuve frente a la casa, bajé rápido e hice uso de la copia de llaves que seguía guardando en uno de mis bolsos. Abrí la puerta y todo estaba igual, solo un poco polvoriento. Subí las escaleras hasta su pieza, al empujar la puerta lo encontré boca abajo en su cama. Mi corazón se detuvo imaginando lo peor. Me abalancé sobre él y lo di vuelta, el alma me volvió al cuerpo cuando sentí su respiración profunda.

—Erick—Le hablé despacio mientras lo movía—Erick, despierta—Lo moví un poco más fuerte. Mi mano quedó en su espalda y puse palpar sus huesos sobresalientes—Erick, ya despierta.

Le hablé más fuerte y conseguí que abriera despacio sus ojos, parecía muy somnoliento.

—¿Camila?—Habló despacio mientras trataba de pestañar un poco más rápido pero sus ojos parecían muy pesados.

—Erick, soy yo—Le di unos golpecitos en la cara—¿Que pasa?, ¿te sientes bien?, ¿has tomado algo?.

—No...solo tengo mucho sueño—Volvió a entrecerrar los ojos pero mis golpes leves en la cara impidieron que volviera a cerrarlos.

—¿Hace cuanto que no comes?.

—No tengo hambre, solo tengo sueño ¿me dejas dormir un ratito?.

—No—Me levanté—tú te vas ahora conmigo al hospital.

Lo vestí como pude y lo bajé con sus brazos apoyados en mis hombros. Se veía bastante mal, muy decaído, no era el Erick de siempre, su mirada estaba opaca.

—¿Está bien doctor?—Le pregunté al especialista cuando vi que acababa de anotar unas cosas en su libreta frente a la cama donde estaba el Erick.

—No es nada malo, pero su cuerpo está muy desnutrido ¿que es lo que le pasa?.

—No lo sé, nosotros nos divorciamos hace unos meses—Me encogí de hombros y el doctor entendió mi gesto.